• ¿Amigdalitis vírica o bacteriana?

    Diferencias, síntomas y prevención

    Inmersos en pleno invierno, son muchas las enfermedades a las que nos enfrentamos en esta época del año. Diferenciarlas es fundamental cuando se trata de poder identificar exactamente el cuadro que tenemos, con el objetivo de poder iniciar un tratamiento, tras haber visitado a un especialista, adecuado.

    La amigdalitis es una afección común que afecta a las amígdalas, que son dos masas de tejido en la parte posterior de la garganta.

    La amigdalitis es una afección común que afecta a las amígdalas, que son dos masas de tejido en la parte posterior de la garganta. Puede ser causada por virus o bacterias, y aunque comparten síntomas similares, es importante diferenciar la amigdalitis vírica o bacteriana. Te contamos todo lo que tienes que saber.

    ¿Qué es la amigdalitis vírica y cuáles son sus síntomas?

    Empezaremos con la amigdalitis vírica. Este tipo de amigdalitis es causada por un virus, como su propio nombre indica. Estos virus se propagan principalmente a través del contacto directo con gotas respiratorias de una persona infectada o mediante objetos contaminados.

    Es importante tener en cuenta que, en este tipo de amenazas, la prevención es fundamental. Los síntomas típicos de la amigdalitis vírica incluyen dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, dolor de cabeza, fatiga y glándulas inflamadas en el cuello.

    ¿Qué es la amigdalitis bacteriana y cuáles son sus síntomas principales?

    La amigdalitis bacteriana, por su parte, es causada principalmente por la bacteria Streptococcus pyogenes, también conocida como estreptococo del grupo A. Esta forma de amigdalitis es más común en niños y adolescentes. Los síntomas suelen incluir dolor de garganta intenso, fiebre alta, glándulas inflamadas y, en algunos casos, la presencia de placas blancas o amarillas en las amígdalas. Como podemos ver, es habitual confundir ambos cuadros, puesto que son muy similares. No obstante, no afectan por igual a todo tipo de públicos, siendo el público más adulto menos propenso a sufrir este tipo de patologías.

    Diferencias entre la amigdalitis vírica y bacteriana

    Una diferencia clave entre ambas es la causa subyacente: la vírica es causada por virus, mientras que la bacteriana es causada por bacterias. Además, la amigdalitis bacteriana tiende a presentar síntomas más graves y puede provocar complicaciones si no se trata adecuadamente, como fiebre reumática o abscesos periamigdalinos.

    Debemos, desde el primer momento en el que la notamos, actuar de inmediato. De este modo vamos a evitar cualquier posible evolución no deseada de la enfermedad.

    Cómo evitar el contagio de la amigdalitis

    Para prevenir la propagación de la amigdalitis, se recomienda seguir algunas medidas básicas de higiene. Entre ellas, por ejemplo, se encuentra lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto cercano con personas enfermas, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar. Así como evitar compartir utensilios personales o alimentos con personas infectadas.

    Además, es importante buscar atención médica si experimentas síntomas de amigdalitis, especialmente si los síntomas son graves o persisten durante varios días. El médico puede realizar pruebas para determinar si la infección es viral o bacteriana y recetar el tratamiento adecuado, que puede incluir analgésicos, antiinflamatorios o antibióticos según sea necesario.

    Como hemos podido comprobar, aunque la amigdalitis vírica y bacteriana comparten algunos síntomas similares, son causadas por diferentes agentes infecciosos y pueden requerir enfoques de tratamiento distintos. Mantener una buena higiene personal y buscar atención médica adecuada son pasos importantes para prevenir y tratar esta afección común de manera efectiva.

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