A los 19 años, Antonio Belmonte García se ha convertido en la primera persona con autismo que consigue el Grado Profesional de Música en un conservatorio público, en España. Ha cursado con éxito los 10 años de formación Elemental y Profesional, en la especialidad de contrabajo. Así, el autismo implica múltiples déficit y talentos que configuran un amplio espectro. El caso de Antonio Belmonte, portador de un don conocido como “oído absoluto”, puede ayudar a conocer a un colectivo que reivindica más inversión en educación e inserción laboral.
A los cinco años, los padres de Antonio descubrieron un don que le abriría las puertas del mundo de la música
A los cinco años, Antonio cogió una guitarra y, sin referencia alguna ni esfuerzo aparente, la afinó. Fue entonces cuando sus padres, María José García y Antonio Belmonte, descubrieron que su hijo tenía una cualidad de la que sólo disfrutan una de cada 10.000 personas, un oído absoluto. Desde entonces, se aferraron a ese comodín, a ese talento que ha abierto a su hijo las puertas del mundo de la música.
Antonio es el mayor de tres hermanos. El diagnóstico “trastorno del espectro autista” le llegó a los 24 meses y, desde entonces, sus padres y, más tarde sus hermanos, Lucía y Pepe, no han dejado de luchar por su integración.
Psicólogos, logopedas, maestros o músicos, Antonio ha contado con más de cincuenta profesionales y un tesón fuera de lo normal para llegar a lo que es hoy, un músico. El contrabajo se ha convertido en su medio de expresión, en el instrumento que compensa sus dificultades con el lenguaje verbal.
El Conservatorio
A los ocho años entró en el Conservatorio Profesional de Música Torrejón y Velasco y hoy ha completado el Grado Profesional. Además, Antonio es la pieza fundamental del cuarteto Alhambra, en el que están dos de sus profesores, Juan Antonio Osuna y Eloisa Beltrán, y su padre. A sus 15 años, este adolescente puede presumir de haber actuado en más de una treintena de teatros, auditorios y colegios de toda España. Además, es el protagonista del cortometraje “El solista de la orquesta“.
El caso de Antonio se convierte en el ejemplo de que, con apoyo, se pueden saltar casi todas las barreras, de ahí que, un año más, se pida a las diferentes Administraciones que inviertan en educación e inserción laboral. Aquí, la lucha la abandera la Asociación Desarrollo.
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