• La región tiene las peores cifras de sobrepeso del país

    Castilla-La Mancha se enfrenta a una nueva epidemia que no asusta a la población, pero sí a un sistema sanitario que ve cómo el sobrepeso lleva consigo un sinfín de patologías. La Sociedad Española de Cardiología advierte de que el 38,9% de la población regional tiene sobrepeso, lo que la convierte en líder nacional en una cifra a la que acompañan diabetes, problemas circulatorios o eventos trombóticos.

    El 38,9% de la población de Castilla-La Mancha tiene sobrepeso y el 22% es obesa

    Comunidad AutónomaSobrepesoObesidad
    Andalucía37,3%26,7%
    Aragón35,9%24,4%
    Principado de Asturias37,4%26,2%
    Islas Baleares31,8%11,7%
    Islas Canarias35,1%23,1%
    Cantabria37,6%18,4%
    Castilla-La Mancha38,9%22,0%
    Castilla y León36,5%21,5%
    Cataluña34,7%16,1%
    Extremadura36,6%20,2%
    Galicia37,7%26,7%
    Comunidad de Madrid34,9%25,2%
    Comunidad Foral de Navarra34,0%20,8%
    País Vasco35,1%16,5%
    Región de Murcia38,6%25,7%
    La Rioja36,9%20,1%
    Comunidad Valenciana34,3%22,7%

    El Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE) pone de manifiesto que el 53,6% de los españoles tiene obesidad o sobrepeso. Estos nuevos datos se han publicado en Revista Española de Cardiología (REC), principal cabecera de REC Publications, la familia de publicaciones científicas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

    Así, el 22% de los españoles tiene obesidad, sin diferencias entre hombres y mujeres, y el 31,6% presenta sobrepeso, siendo este significativamente mayor en varones. Tanto la obesidad como el sobrepeso, donde sorprenden las altas cifras de Castilla-La Mancha, aumentan con la edad, alcanzando la mayor tasa en el grupo de población de 65 años o más.

    Las comunidades autónomas con las tasas de obesidad más altas son Andalucía y Galicia (26,7%), seguidas por el Principado de Asturias (26,2%) y la Región de Murcia (25,7%). Baleares (11,7%), Cataluña (16,1%) y País Vasco (16,5%) cuentan con las tasas de obesidad más bajas.

    En sobrepeso, la cifra más alta la tiene Castilla-La Mancha, donde la obesidad afecta al 22% de la población. Frente al 38,9% de esta región, Baleares baja al 31,8. No obstante, ninguna autonomía baja del 30% de la población con sobrepeso.

    A menor población mayor riesgo

    La Dra Carmen Pérez-Rodrigo, primera firmante del estudio, explica que “el nivel socioeconómico y el tamaño del hábitat también se asocian significativamente con la obesidad”. De esta forma se observan mayores tasas de obesidad en poblaciones de menor nivel socioeconómico, mientras que existe una asociación significativa entre la probabilidad de obesidad y el tamaño de la localidad de residencia, con menores tasas en localidades de entre 15.000 y 50.000 habitantes respecto a las de menos de 5.000.

    El estudio ENPE también analiza la influencia de los estilos de vida de la población con el exceso de peso, así como la relación con los factores de riesgo cardiovascular. “Los individuos que combinan un mayor nivel de actividad física y siguen un patrón alimentario moderadamente adecuado al patrón de dieta mediterránea se asocian con menor probabilidad a desarrollar obesidad y factores de riesgo cardiovascular”, asegura la Dra Pérez-Rodrigo.

    Asimismo, los nuevos datos publicados en Revista Española de Cardiología encuentran una asociación positiva entre el sobrepeso y la obesidad con la dislipemia y la hipertensión arterial, del mismo modo que la obesidad se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes mellitus. “La coexistencia de dislipemia, hipertensión arterial y diabetes con la obesidad es significativamente mayor en las mujeres y en el grupo de edad de 65 años o más”, detalla la investigadora.

    Enfermedades asociadas

    La obesidad contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas y se asocia con una peor calidad de vida y mortalidad prematura. Por eso, en palabras de la Dra Pérez-Rodrigo, “es imprescindible poner en marcha estrategias preventivas que favorezcan la adecuación de los hábitos alimentarios, el aumento de la actividad física y la reducción del sedentarismo desde edades tempranas”. Para la experta, “la prescripción del consejo dietético y de ejercicio físico también es esencial en el tratamiento de las personas afectadas”.

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