• “Competimos con los grupos de investigación más punteros”

    Desde hace dos décadas, el Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB), que implica, desde su sede de la Facultad de Medicina de Albacete, a toda la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), aglutina la investigación pura y dura, la básica, la del laboratorio, tan necesaria como poco reconocida. El CRIB cuenta con 18 grupos de investigación de los campus de Albacete, Ciudad Real y Toledo, y más de 90 científicos en plantilla. Y es que, como subraya su director, Antonio Mas López, “competimos con los grupos de investigación más punteros”.

    Antonio Mas, director del CRIB desde 2017, es biólogo, profesor de Virología en la Facultad de Farmacia. Llegó a Albacete con una de las becas de investigación más prestigiosas, un contrato Ramón y Cajal. Se instaló en Castilla-La Mancha procedente del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), una de las infraestructuras científicas más grandes de Europa.

    El objetivo del CRIB es crecer y abrir vías con el hospital

    Ubicados en un edificio detrás de Facultad de Medicina de Albacete, los científicos del CRIB trabajan en Oncología, Neurociencia, Bioquímica y Metabolismo o Nanotecnología. Cerca de un centenar de investigadores ponen las bases de investigaciones en las que no hay fronteras. Trabajan en virus como el Zika o la Hepatitis C o en fármacos teledirigidos que puedan ir directos a la zona donde esté el cáncer.

    Y este equipo, tan importante para el futuro, trabaja al día, sin que los investigadores puedan saber hasta cuándo tendrán financiación para su proyecto, de ahí que Mas abogue por una carrera científica que dé estabilidad y reconozca a quienes han dedicado media vida a la investigación. De hecho, hay científicos que, con 50 años, carecen de estabilidad laboral.

    No obstante, el CRIB está amparado por la UCLM, la universidad española que mayor porcentaje de su presupuesto dedica a investigación. Además, cuenta con proyectos como el del profesor Ricardo Insausti, una investigación internacional, dotada con 400.000 euros. Así, si bien este centro sufrió la crisis económica, con la fuga de talentos, ahora crece con grupos nuevos gracias también a la incorporación de la joven Facultad de Farmacia.

    Desde que abriera sus puertas durante el verano del año 2000, el CRIB se ha centrado en la investigación básica, pero el objetivo ahora, tal y como subrayaba Mas, “es abrir vías con el hospital”.

    “Aquí todas las líneas de investigación son prometedoras. Todos nos relacionamos, colaboramos y ayudamos y, como no hay fronteras, competimos con los más punteros”. De ahí que el objetivo de su director sea seguir creciendo. Para ello, es una ventaja añadida el hecho de que ahora, a médicos, enfermeros y biólogos, se les estén sumando químicos.

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