
Su nombre de pila era Daniel Abraham y su segundo apellido Aratuz. Si aún no saben de quien hablo les diré que es conocido en el inteligente mundo del humor como Daniel Rabinovich. No fue el fundador de Les Luthiers, papel que le correspondió al arquitecto bonaerense Gerardo Masana fallecido en 1973, pero sí fue, junto con Marcos Mundstock, el pilar sobre el que descansaba la portentosa obra del grupo.

Los vi actuar en directo en dos ocasiones: la primera en Murcia y la segunda en Madrid, y rara es la semana que no acudo a youtube para rememorar un fragmento cualquiera de sus soberbios espectáculos.
Diálogos como “Esther Psícore” y “Avant Garde”, o monólogos como “Carta mal leída” y “Estudio de Mastropiero de las ovejas ambivalantes” son obras de arte del humor que sobrevivirán al paso del tiempo.
En agosto de este año se cumplirá el primer lustro del fallecimiento de Daniel Rabinovich. Que éste fuera un prodigio del humor no deja de ser una deliciosa anécdota, pero que coincidiera en tiempo y espacio con Gerardo Masana, Marcos Mundstock, Carlos Nuñez, Jorge Maronna, Carlos López Puccio y Ernesto Acher, no fue sino el milagroso nacimiento del que considero, como muchos otros, el mejor grupo cómico-musical en lengua española de todos los tiempos. Si los conocen, nada más que añadir, y si no, no saben lo que se pierden.