• ¡Doctor, no haga todo lo posible!

    ¿Qué opina un médico y sacerdote de la eutanasia? ¿Dónde está el límite? El doctor Pablo Requena, delegado del Vaticano en la Asociación Médica Mundial, ha presentado su libro ¡Doctor, no haga todo lo posible! en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC). La obra analiza los límites a la hora de alargar la vida de los pacientes, a veces, incrementando su sufrimiento. Y es que, en su opinión, “no siempre es adecuado utilizar todo el arsenal terapéutico disponible”.

    El libro del doctor Pablo Requena, médico y teólogo, nacido en Cartagena, sacerdote y profesor de bioética en la Pontificia Università della Santa Croce (Roma), ¡Doctor, no haga todo lo posible!, está dirigido “a todos los profesionales de la salud que cada día han de tomar decisiones clínicas”, además de a la sociedad en general. Consciente de que el título es la antítesis de la petición habitual de familiares ante una situación crítica, aborda temas tan espinosos como la eutanasia.

    La presentación de la obra llega poco después de que el PSOE registrase en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para legalizar, en determinados casos, esta práctica e incluirla como una prestación más en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS) y el mismo día que la cámara trata su despenalización, a través de la proposición de ley presentada por el Parlamento de Cataluña.

    Durante el acto, el autor ha estado acompañado por Serafín Romero, presidente de la OMC; Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Comisión Central de Deontología de la OMC; Marcos Gómez Sancho, coordinador del Observatorio de Atención al Final de la Vida de la OMC; y Rogelio Altisent, director de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza.

    Pedir la eutanasia es un signo de alarma

    Partiendo de los fundamentos de la ética médica milenaria, Requena deja claro en el libro que la eutanasia, aunque no es parte de la Medicina, si lo es la petición de la misma porque “es una llamada, un signo de alarma de que hay algo que no se está consiguiendo afrontar de modo adecuado” y afirma que “estamos en un momento histórico en el que los médicos tenemos una responsabilidad enorme en relación con la cuestión de la eutanasia”.

    Es al médico a quien corresponde establecer los límites

    Sobre quién debe tomar decisiones ante situaciones críticas, el autor asegura que es al médico a quien corresponde establecer los límites de la buena praxis clínica para la patología del paciente que está tratando y después deberá conversar con el paciente para ver qué recorrido terapéutico quiere. Ante un paciente incapaz, deberá ser el representante legal o un familiar y si lo que este pide es contrario a la buena praxis del médico, será un juez el encargado de dirimir la cuestión.

    Los protocolos ante situaciones al final de la vida, puede servir de guía, pero “no podemos pretender que nos den todas las soluciones a los problemas singulares”, ha asegurado. Ahí entra en juego la prudencia y los principios generales con las circunstancias del caso, ha afirmado.

    El doctor Requena ha asegurado sentirse honrado al ver que “la OMC de mi país esté empeñado en defender el pilar de la medicina que es la relación médico-paciente” y espera que el Vaticano haga suya la propuesta de la corporación médica española para que esa relación médico-paciente sea considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y pueda ser recibida pronto por la UNESCO.