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El médico Alberto Martínez Requena consiguió el número 1.333 en el examen MIR, y su compañero, Héctor Martínez Martínez, el 2.230, por lo que ambos podrían haber elegido prácticamente cualquier especialidad en los puntos más cercanos y remotos de España, pero, sin dudarlo, han optado por Medicina de Familia en Albacete, una provincia con 87 pueblos, en una autonomía, con 919 municipios y más de 1.300 consultorios y centros de salud.
A la izquierda, Héctor Martínez con su padre. A la derecha, Alberto Martínez con parte de sus compañeras. Ambos MIR no han dudado de su elección: Familia. Este año, un total de 11.755 médicos optan a 8.768 plazas MIR para especializarse, de las que 2.492 son de Medicina Familiar y Comunitaria.
¿Por qué elegir Familia y no cualquier otra especialidad para hacer la residencia?
Los doctores Martínez explican los motivos, dentro de los 2.300 primeros puestos MIR, por los que no dudaron
Ambos, médicos vocacionales, tenían claro que querían la medicina cercana, la que conoce y ve envejecer a sus pacientes, la que atiende a generaciones enteras, la que ve a cada persona en su contexto. Así, Héctor, que ha visto cómo su padre atendía a la población más desfavorecida desde su consulta en el Centro de Salud Zona 1 de Albacete, está deseando incorporarse a primeros de mayo a la residencia para aprender “más allá de recetar la pastilla”.
“Siempre me ha gustado tratar al paciente en el contexto, conocerlo, porque muchas de las enfermedades tienen algo más detrás”, explica Héctor Martínez mientras reconoce que, si bien ha optado por quedarse en Albacete, donde ha estudiado la carrera, no le importaría ejercer la medicina rural.
Con 25 años, también está deseando ver su primera nómina y salir de la espiral de estudio y prácticas de la que sólo le ha sacado la natación. De hecho, el Dr Héctor Martínez se marchaba a Catar quince días después de presentarse al MIR para regresar con una medalla de oro ganada junto a su club, el Natación Albacete.
“Me sentí más humano al salir de las prácticas”
Como en el caso de Héctor Martínez, con la natación, Alberto Martínez también ha tenido una vía de escape, la música, ya que, hasta el último curso del Grado de Medicina tocó en la Banda de Chinchilla. Además, al ser sus padres de Carcelén y Pozo Lorente, no sólo no le importaría ejercer en la España rural sino que le gustaría.
Alberto Martínez ha sido el primer médico en elegir Medicina Familiar y Comunitaria en Albacete para hacer los cuatro años de residencia. Él llegó a dudar entre Endocrinología y Cardiología, pero rotar en el centro de salud de un barrio de Albacete, en Villacerrada, le hizo cambiar de parecer. “Me sentí más humano al salir de las prácticas. Sé que ayudar y tranquilizar es lo que más me va a ayudar”.
