Lo confirma un nuevo estudio con más de cinco mil jóvenes de muestra. La actividad física facilita la capacidad de aprendizaje y mejora el rendimiento académico. Además, inculcar este hábito en los niños se les protege de hasta 26 enfermedades, desde depresión y ansiedad hasta hipertensión, ictus u obesidad. El estudio ‘El efecto de las intervenciones de la actividad física en la cognición y la metacognición’, de Celia Álvarez Bueno, investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), revela que la actividad física facilita la capacidad de aprendizaje y mejora el rendimiento académico. Publicado recientemente en la prestigiosa revista “Journal of the American Academy of Childs & Adolescent Psychiatry”, este meta-análisis incluye datos de 5.527 jóvenes de entre 4 y 14 años.
Así, la cognición engloba los procesos mentales de adquisición del conocimiento y comprensión a través de las experiencias diarias mientras que la metacognición se entiende como el autoconocimiento de lo cada uno piensa y sabe y cómo lo usa para regular, supervisar y manejar procesos mentales
De este estudio se desprende que los programas de actividad física mejoran el desarrollo de las capacidades cognitivas de los niños, mientras que los programas que aumentan las horas de actividad física diaria en el horario escolar son los más eficaces para potenciar el desarrollo cognitivo de los niños. Resultados que, junto a los estudios previos que resaltan los beneficios de la actividad física en la salud general de los niños, deberían, según la investigadora de este proyecto, “tenerse en cuenta por las autoridades educativas y las familias al avalar que la actividad física facilita la capacidad de aprendizaje y mejora el rendimiento académico”.
‘El efecto de las intervenciones de la actividad física en la cognición y la metacognición’ incide también en conocer cómo los programas de actividad física que se desarrollan en el entorno escolar pueden influir en el desarrollo de las capacidades cognitivas de los niños. Un aspecto que ha tenido un creciente interés en los últimos años si se tiene en cuenta que pasan una gran parte de su tiempo en la escuela y que puede ser el entorno ideal para promover estilos de vida saludables que puedan continuar hasta adultos.
Para ello se han incluido en este trabajo dos intervenciones escolares. Por un lado, las curriculares que incorporan programas de actividad física integrada en el aula con diferentes asignaturas; las que aumentan el tiempo de actividad física en el recreo o en el almuerzo; u otras que simplemente incrementan las horas de actividad física. Además, cuenta con otras que se desarrollan fuera del currículo escolar, e incluso que se dirigen principalmente a potenciar las capacidades cognitivas a través del movimiento.
Publicado recientemente en la prestigiosa revista Journal of the American Academy of Childs & Adolescent Psychiatry, y parte de la tesis doctoral –dirigida por el catedrático de la Universidad regional, Vicente Martínez Vizcaíno, y Caterina Pesce, de la Universidad Foro Itálico de Roma- de esta investigadora, este meta-análisis incluye datos de 5.527 personas.