• Una ‘enfermedad crónica’ llamada obesidad

    El 22% de la población de Castilla-La Mancha se enfrenta a ella

    El 22% de la población de Castilla-La Mancha tiene una enfermedad crónica llamada obesidad. Así lo consideran los médicos internistas, que piden que esta patología se reconozca como tal, con un proceso asistencial claro para atender a estos pacientes.

    El 22% de la población de Castilla-La Mancha tiene una enfermedad crónica llamada obesidad. Así lo consideran los médicos internistas.

    Los médicos internistas piden que la obesidad se reconozca como enfermedad crónica

    Es una de las principales reivindicaciones que se ha puesto sobre la mesa en relación a la obesidad dentro del 44º Congreso Nacional de Medicina Interna, que se celebra en el Palacio de Congresos de Valencia.

    La obesidad es más prevalente en las autonomías del sur de España que en las del norte y, según el Estudio ENPE, la obesidad general es más prevalente en varones y la obesidad abdominal lo es más en mujeres.

    Ambos tipos de obesidad aumentan con la edad, sobre todo a partir de los 65 – 70 años. Y, en niños y adolescentes, la prevalencia de la obesidad aumenta un 2,5% interanual, según diversas sociedades científicas y estamentos dedicados a su manejo.

    Hasta ahora, se había postulado que la obesidad es un factor de riesgo para otras enfermedades y que existe el fenotipo obeso metabólicamente sano (FOMS), según el cual hay personas obesas sanas que no tienen más riesgo de desarrollar otras enfermedades.

    Ahora, se empieza a postular que este fenotipo no existe y que la grasa acumulada en el cuerpo siempre es disfuncional; está formada por moléculas muy grandes y, por tanto, el organismo está inflamado y enfermo.

    Así, las personas con obesidad pueden desarrollar enfermedades metabólicas, como la diabetes y la enfermedad metabólica hepática, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, la enfermedad renal crónica, hasta 32 tipos distintos de cáncer, infertilidad y esterilidad, y problemas articulares.

    Menos prisas

    En este contexto, los médicos internistas piden medidas como la educación para la salud desde la infancia, inculcando estilos de vida saludables en los colegios, lograr que los niños salgan a jugar a la calle; crear ciudades más saludables, con jardines y carriles bici y cambiar el horario laboral, para que los ciudadanos dispongan de más espacios y tiempo libre para hacer ejercicio físico; y promover la Dieta Mediterránea, patrimonio de la humanidad, olvidando los platos precocinados y las prisas.

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