• Las enfermeras voluntarias de la Guerra Civil

    Enfermeras voluntarias de todos los puntos del mundo llegaron a España para formar a quienes salvarían un sinfín de vidas durante la Guerra Civil. Muchas murieron, otras resultaron heridas, pero idearon desde el recubrimiento con yeso o la asistencia de heridas por congelación hasta las transfusiones de sangre refrigerada.

    El Autor

    Jesús Ruiz Cifuentes

    Enfermero, egresado de la Facultad de Enfermería de Albacete, ganador del certamen ‘CuenTFGéame’

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    Imagen del Museo Reina Sofía.

    Durante la Guerra Civil, España recibió a enfermeras voluntarias de todos los países del mundo que aplicaron nuevas técnicas y procedimientos

    La Guerra Civil española se consideró como antesala del estallido de la Segunda Guerra Mundial. España se convirtió en el escenario del enfrentamiento entre el poder ejecutivo, elegido democráticamente en las urnas, y el levantamiento del estamento militar. Ante estos hechos, un gran número de voluntarios, las Brigadas Internacionales, venidos de todos los rincones del mundo, acudieron en ayuda del Gobierno legítimo de la Segunda República.

    Una parte notable de estos brigadistas centraron su actuación en el ámbito sanitario. Fijaron su cuartel general en Albacete dedicándose principalmente a la atención sanitaria a los heridos en combate del bando republicano.

    España recibió a enfermeras voluntarias de todos los países del mundo que aplicaron nuevas técnicas y procedimientos en los cuidados a los soldados heridos e instruyeron a enfermeras españolas a través de su formación y experiencia. Al conflicto bélico desarrollado en España llegaron mujeres de todos los lugares del mundo.

    Muchas de ellas se unieron a la causa por razones personales o en busca de aventuras según muchas de ellas; y otras, porque iban a asistir entre los días 19 y 26 de julio a la Olimpiada Popular de Barcelona.

    No obstante, la totalidad del colectivo llegó a finales de los años 1936 o 1937 en equipos de salud organizados y financiados por los países defensores de la República. Las publicaciones republicanas, a mitad del año 1937, afirmaron que el personal sanitario estaba compuesto por: 220 médicos, 580 enfermeras y 600 camilleros. Las enfermeras representaron alrededor del 1,5-2% del total de brigadistas internacionales que estuvieron integradas en equipos de salud organizados.

    La Guerra Civil costó la vida a muchas enfermeras

    Entre las funciones ejercidas, prestaron asistencia a los heridos, en unas condiciones deplorables, con recursos insuficientes y jornadas de trabajo excesivamente largas. Muchas de ellas, murieron, otras resultaron heridas, y la mayoría sufrieron enfermedades como disenterías, fiebres tifoideas o contagios por piojos.

    En el transcurso de la guerra idearon métodos alternativos para el tratamiento de pacientes con heridas infectadas, como el recubrimiento con yeso o la asistencia de heridas por congelación.

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    Imagen del portal de la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha.

    Desarrollaron un sistema de triaje y un medio de transporte sanitario

    Se trabajó además en grupos de salud organizados y con el objetivo principal de la asistencia de los caídos en el frente, y se desarrolló, junto con la logística necesaria para su puesta en marcha, un nuevo medio de transporte sanitario, los auto-chirs o auto quirófanos. Asimismo, desarrollaron un sistema de triaje enfocado a la clasificación de los soldados heridos según la gravedad.

    Pero sin duda, el hecho más relevante desde el punto de vista sanitario fue la realización de transfusiones de sangre refrigerada, hecho sin precedente hasta entonces, ya que hasta ese momento las transfusiones se hacían de persona a persona. Ello permitió que se salvaran muchas vidas a lo largo de la contienda.

    Llevaron la sangre hasta los campos de batalla

    Desde ese momento, se asignó a las profesionales de enfermería la tarea de extraer sangre a los donantes, envasarla y enviarla a través de camiones refrigerados a los distintos frentes de batalla. Más allá de los cuidados propios de enfermería, se realizaron otro tipo de tareas no menos importantes tales como registros e identificaciones de caídos en combate.

    Asimismo, otras ejercieron como docentes, principalmente las de origen británico y norteamericano, formando a jóvenes españolas, tanto a nivel educativo como a nivel asistencial. Hay que remarcar principalmente a figuras como la estadounidense Salaria Kee O’Reilly o a la británica Nan Green.

    📌Este reportaje ha resultado ganador en el certamen ‘CuenTFGéame

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