• La utopía de la felicidad

    “Parece que no tenemos derecho a levantarnos un día cualquiera con el pie izquierdo”

    Artículo sobre la felicidad de la psicóloga Ainara Muñoz Ranchel

    El Autor

    Ainara Muñoz Ranchel

    Psicóloga General Sanitaria

    Ahora más que nunca, parece que el sentirse ‘plen@’ con la vida misma, tiene un alto y justo precio. Vivimos a destiempo, con presión social, carga emocional además de una gran dosis de vértigo. Parece que no tenemos derecho a levantarnos un día cualquiera con el pie izquierdo y sentirnos descalzos con un futuro tan incierto. De mirarnos al espejo y sentirnos extraños, de no reconocer nuestros pasos dados, al intentar recordar nuestros éxitos, vemos sólo el vaso medio lleno, pensando en las derrotas y fracasos. A veces duelen lentamente, las pequeñas cosas de la vida, como los días nublados y recordar con nostalgia los días de verano.

    “La felicidad no es una estación de llegada, sino un modo de viajar”

    Todavía recuerdo el proverbio de Margaret Lee Runbeck que leí hace algún tiempo, el cual dice “La felicidad no es una estación de llegada, sino un modo de viajar”. Problamente, los sorbos de la vida, no se midan con los estados cumbre de plenitud, sino con aquellos momentos que te dejan sin voz y aliento, en casuales momentos. Hoy diríamos que la felicidad también está pasando por su propia crisis existencial. Largas distancias que no se miden mediante océanos y kilómetros. A falta de abrazos eternos y besos sinceros, quedan suplantados por llamadas de larga espera y mensajes en visto indescifrados.

    En esos días en los cuales, no veas salidas de emergencia, amanezcas con el alma despeinada, por los vaivenes desesperados de la vida. Busca en tu interior la esencia, la belleza en los pequeños detalles, no te desesperes con la rutina, intenta meditar y tomar distintos puntos de vista, arriésgate de frente y no te la juegues a medias tintas. No te tomes la vida tan en serio y no bajes la música, imagínate que eres el actor o actriz de la mejor de las películas jamás vista, siendo tu risa la banda sonora protagonista. Cierra la puerta a viejas heridas y causas perdidas. Quizás suene sublimemente a utopía, pero ahí mismo la felicidad se escribe con letras mayúsculas. Atrévete, cada segundo a sentirla, porque la vida no va esperar a qué te decidas.

    Recuerda, tenemos derecho a perdernos mil veces y equivocarnos durante años, pero nunca fallarnos, a nosotros, es un acto de autoamor inquebrantable y propio.

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