• Nepotismo y administración

    El Autor

    Juan José García Cruz

    Médico especialista en Anestesia y Reanimación. Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Exsecretario General del Colegio de Médicos de Toledo

    Recientemente se ha conocido un hecho que ha causado mucho revuelo a nivel del Hospital Virgen de la Salud de Toledo y que tiene relación con esa vieja costumbre del enchufismo recalcitrante al que nos tienen acostumbrados algunos responsables públicos.

    García Cruz opinión

    Ha sido el dedo índice el que ha seleccionado al agraciado

    En plena crisis por el coronavirus se designa al hijo del director gerente del Complejo Hospitalario de Toledo responsable provincial en Toledo para el control y tratamiento de la pandemia COVID-19 de las residencias para personas mayores intervenidas por el Sescam. Y digo que se designa y no que se nombra porque ha sido el dedo índice el que ha seleccionado al agraciado en contra de cualquier proceso que tuviese en cuenta los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad.

    Pero incluso este claro ejemplo de enchufismo, ya de por si criticable, tiene sus agravantes cuando, como es el caso, no se tienen los méritos ni las capacidades para desempeñar las funciones del cargo.

    El elegido es fisioterapeuta y hasta antes de su designación ejercía como tal y de la noche a la mañana se convierte en una persona experta en la gestión de la pandemia por el coronavirus de la residencias para personas mayores.

    Corrupción, enchufismo o falta de ética

    Este claro ejemplo de corrupción, enchufismo o falta de ética por parte de determinados gestores públicos no debería pasar desapercibido para la sociedad en general y para los partidos políticos en particular, sobre todo para el que gobierna, y se debería actuar con contundencia para evitar la humillación que tales conductas suponen para los ciudadanos. Lo contrario sería admitir que los votos suponen una especie de patente de corso para los responsables públicos y que la administración está legitimada para cometer todo tipo de atropellos.

    Se hace necesario algún tipo de medida que ponga coto a esta falta de ética y que suponga un claro ejemplo de transparencia y lucha contra el nepotismo institucional.

    Ese viejo dicho de que “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo” está más vivo que nunca pero parece que determinados gestores públicos, en este caso sanitarios, hacen oídos sordos a cualquier consideración ética y estética.

    Como he dicho, alguien debería tomar cartas en el asunto y acabar con este tipo de conductas.

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