• Legalización: cannabis de calidad y barato

    Crónicas de un crónico II

    El Autor

    Miguel Ángel Molina

    Paciente

    Sábado a la noche, estoy zapeando y veo a Carola en Informe Semanal. Lo he cogido a mitad, pero supongo que el reportaje viene a cuento de lo votado en el Congreso esta semana: acaban de rechazar la primera propuesta de legalización de la marihuana. Es la primera de varias, habrá más votaciones, porque cada grupo político parece ser que tiene su propia idea sobre el asunto.

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    THC, el componente psicoactivo de la marihuana

    De los detalles me entero luego, cuando veo el programa completo en la TV a la carta. Antes de que Carola tenga voz, por el reportaje desfilan expertos de todo tipo y también ratones, muchos ratones yonquis a los que se ha estado inoculando THC, el componente psicoactivo de la marihuana que coloca (entiendo que les han pinchado, no que los hayan puesto a fumar canutos en un coffe shop).

    Conclusión científica: daña los cerebros adolescentes y puede provocar futuras patologías psiquiátricas. Es evidente que no lo venden nada bien, aunque la consuman tres millones de españoles habitualmente. No es de extrañar, para un chaval es más fácil pillar “maría” que una botella de vodka. Para un chaval y un adulto, yo mismo les puedo decir dónde hacerlo.

    Eso sí, de la mierda que se vayan a fumar no me responsabilizo. No la ha cultivado un experto, ni se ha medido el porcentaje de THC de la planta, ni se ha llevado un control por parte de un laboratorio. Todo esto sí que lo hacen los productores que se han subido al negocio del CBD, otro de los componentes de la marihuana (el que no coloca), porque medio centenar de países la tienen legalizada y nosotros aspiramos a ser la huerta de Europa en este campo. Las multinacionales farmacéuticas lo saben y ya están metidas en el negocio, ya se las oye frotarse las manos. Pero hasta que te dispensen la marihuana en una farmacia, igual que a mí me dispensan los opioides (del opio, de donde deriva la heroína), a ti no se te ocurra tener una planta en casa, narco de pacotilla.

    ¿Hippie? ¿Yonqui?

    Aquí es donde entra ya Carola como presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, organización que aboga por la aprobación del uso terapéutico de la marihuana. Porque Carola, al igual que miles de personas, vapea, toma infusiones o se pone debajo de la lengua aceite de “maría”. Combina el THC y el CBD según le pida el cuerpo. No porque sea una hippie ni una yonqui. No, vosotros no habéis visto las cicatrices de su espalda; yo sí. Vosotros no sabéis los años y las operaciones que lleva soportando dolor crónico; yo sí. Vosotros no sabéis lo desesperante que es no encontrar un médico que te dé una solución; yo sí. Vosotros no sabéis que seguimos buscando la alternativa porque la alternativa final no es contemplable; yo sí.

    Volvería a probarla una y mil veces como he hecho con otros tratamientos en lugar de resignarme al sufrimiento

    Muchos de vosotros y la mayoría de los políticos no entenderéis nunca (y yo así os lo deseo, y no quiero parecer duro ni ofensivo) qué es el dolor crónico y la tortura que este supone para quienes lo sufrimos. Carola solo quiere que no la pare la policía por apestar a marihuana, no tener que levantarse la camiseta y enseñar sus cicatrices para justificarse, que todos los que estamos en esta situación podamos comprarla o cultivarla con un control y unos estándares sanitarios y de calidad, sin acudir a un barrio marginal de la ciudad a hacerle el negocio a las mafias. No es la panacea, a mí no me solucionó el dolor. Pero una cosa sí os digo, volvería a probarla una y mil veces como he hecho con otros tratamientos en lugar de resignarme al sufrimiento. 

    “Lega legalización, cannabis de calidad y barato”, cantaba de joven. Entonces no pensaba que, casi treinta años después, este país seguiría en el mismo punto muerto. Hoy vuelvo a cantarlo a voz en grito, aunque los motivos que esgrimo ahora no sean estrictamente los mismos.

    📍Tengo un máster en dolor

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