• Lex artis para cada uno de nuestros políticos

    El Autor

    Vicente Calatayud

    Neurocirujano

    Lex artis, según la RAE: “conjunto de reglas técnicas a las que ha de ajustarse la actuación de un profesional en ejercicio de su arte u oficio. (Su cumplimiento es determinante de la exoneración de responsabilidad en caso de que el ejercicio profesional haya ocasionado daños a terceros)”.

    En el ejercicio de la política, la mala praxis no genera ninguna sanción

    Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. De este modo, Maquiavelo propone la existencia de un Estado absolutista en donde el monarca (jefe de estado primer ministro, presidente) encarna la soberanía absoluta. Menciona que todo el poder está concentrado en el que maneja al Estado. En la lucha por el poder, lo importante es triunfar, por lo que la mentira, la astucia, la violencia y la compra de personas con dinero estaban justificadas y daban mejor resultado que la verdad o el buen trato a los ciudadanos.

    La Lex artis es predicable de todas las profesiones (ingenieros, abogados, economistas, arquitectos, fontaneros, electricistas, pintores, etcétera), pero donde verdaderamente ha alcanzado carta de naturaleza es en las profesiones sanitarias, hasta el punto de que la doctrina y la jurisprudencia han elaborado en torno a ellas un auténtico corpus.

    Aún dentro del ámbito sanitario, se distingue entre la «lex artis» de la medicina asistencial y la «lex artis» de la medicina voluntaria, estética o de resultado, distinción que, a su vez, se proyecta en una diferente intensidad del deber de información al paciente.

    La mayoría de las profesiones responden de sus actos, menos la política

    En la medicina asistencial la información se facilita en términos de probabilidad, ya que es no es posible prever de antemano las consecuencias derivadas de las distintas opciones que se le ofrecen al paciente.

    En la cirugía de resultado, ese deber se refuerza considerablemente ya que en ese contexto el paciente acude al especialista para obtener una mejora física o estética, y la actividad médica pasa de desarrollarse en el marco de la medicina asistencial a incardinarse en el ámbito del contrato de arrendamiento, lo que intensifica la exigencia del resultado perseguido, ya que es obvio que el cliente-paciente no acudiría al facultativo si no tuviera la seguridad de obtener la mejoría estética pretendida. En este caso, el deber de información alcanza los eventuales riesgos previsibles, poco frecuentes e hipotéticos, a fin de que puedan ser valorados previamente por el paciente, para, en base a tal conocimiento, prestar su consentimiento o desistir de la intervención. (Ignacio Arias Letrado 09/12/2011).

    Siguiendo con este autor encontramos lo siguiente: “Siendo éste el panorama general, existe, sin embargo, un espacio que aún permanece inmune a la responsabilidad, un ámbito en el que todavía no ha penetrado la «lex artis». Nos estamos refiriendo al ejercicio de la política, escenario en el que la mala praxis, el incumplimiento, aun a pesar de afectar al bienestar de los ciudadanos, a la economía nacional, a las finanzas, al empleo, en definitiva, a lo público, no genera ninguna sanción, ni siquiera moral, ética o de privación de honores, cargos y recompensas. Todo lo contrario, el potencial responsable siempre obtiene premio”.

    A los últimos acontecimientos nos remitimos.

    ¿Cómo se puede articular la «lex artis» en la política? 

    Realmente sencillo, ya lo hemos expuesto en múltiples ocasiones, pero por desgracia y por intereses de los propios políticos no ha progresado ni progresará, A fin de cuentas, ellos son los que dictan las normas, las seguirán dictando y con lo que no viene encima no creo que tengan lo que hay que tener para cambiarlas.

    Qué hubiera pasado si este artículo estuviera vigente en nuestro código penal, ¿habríamos llegado a donde hemos llegado? No solo en el parlamento regional, con todas las mentiras que nos han contado, por ejemplo con nuestro hospital. ¿Qué hubiera pasado a nivel nacional, con ese presidente que no sabemos si ahora va a ser capaz de dormir tranquilo?

    El artículo en cuestión, fruto de largas discusiones de Los Cinco Calatas, una vez más, rezaría así:

    PROPUESTA DE MODIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 248 DEL CÓDIGO PENAL

    Comenten estafa política los que, con ánimo de obtener el apoyo popular, utilizaran engaño bastante para conseguir que los ciudadanos les voten a sabiendas de que no piensan cumplir con sus compromisos“.

    Aquí nos podemos remitir a todos los múltiples vídeos que existen en la hemeroteca nacional y regional, sobre las muchas mentiras de las que hemos sido objeto todos y cada uno de los ciudadanos de esta región y de este país.

    Un consejo

    Solo me queda pedirles, aconsejarles, rogarles que no se quejen en los centros de salud o en los hospitales si las listas de espera aumentan, ustedes han decidido, ustedes en general tienen lo que han votado. Ahora toca, como dicen en esta tierra, atarse los machos y a lo hecho pecho, la sanidad se derrumba, la sanidad del bienestar dejará de serlo, pero usted lo ha votado, no se queje, apechugue con lo que ha votado, ya me lo dirá en breve cuando nuestro hospital siga como está.

    Aquí puede consultar otros artículos del Dr Vicente Calatayud

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