• Manifiesto en Defensa de la Sanidad Pública de Albacete

    Cuando todavía resuenan los emocionados aplausos a favor de las y los profesionales de la Sanidad Pública que han trabajado en la primera línea de la pandemia, a costa de su salud, con una entrega y profesionalidad sin precedentes, no podemos dejarlos ahora solos y olvidar lo que soportaron en los peores momentos.

    Urgencias

    Conservamos aún en nuestras retinas las imágenes de los hospitales públicos desbordados, atendiendo a enfermos en los pasillos, a los sanitarios desprotegidos dando lo mejor de sí mismos, con horarios interminables y en los que no solo tenían que ocuparse de sanar a los pacientes, sino también de acompañarlos en sus horas más duras, ofreciéndoles su mano para hacerles sentir que no estaban solos. Mientras sucedía esto, en muchos de los hospitales de la sanidad privada, se despedía a trabajadores mal pagados, se les obligaba a coger vacaciones, se acogían a los ERTES y hasta pedían ayudas al gobierno para superar la crisis.

    Todos recordamos cómo en Castilla-La Mancha, ya se quisieron privatizar los hospitales de Almansa y Villarrobledo, y se suspendieron las obras de reforma y ampliación del hospital provincial universitario de Albacete.

    Por eso queremos movilizarnos en defensa de la sanidad pública, no solo como reconocimiento de la labor de los sanitarios, sino también para defender lo que es nuestro, reforzarlo e invertir en su mejora. Tanto la sanidad como otros servicios públicos (Educación, dependencia, servicios sociales…) son los pilares básicos del estado de bienestar, y son servicios irrenunciables, que no debemos dejar en manos de fondos buitres y entidades privadas que solo ven en ellos una fuente para sus beneficios. Debemos reforzar la atención primaria, un servicio esencial e imprescindible para poder hacer frente y prevenir, emergencias sanitarias como la vivida en los últimos meses.

    Residencias

    La letalidad que ha causado la COVID-19 en las residencias de mayores también ha pues-to de manifiesto sus consecuencias sobre un sector gestionado fundamentalmente por empresas privadas: las deficiencias graves en la atención de nuestros mayores, así como la falta de control de las Comunidades Autónomas como responsables directas de éstas. Un modelo que requiere ser repensado poniendo en marcha cambios cualitativos y cuantitativos en la gestión de estos centros sociosanitarios. 

    Este texto, que cuenta con cientos de firmas de apoyo, lo encabeza un grupo en el que figuran médicos como los doctores Antonio González Cabrera y Domingo Manuel Freijomil.

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