• Jugarse la vida por manipular fármacos

    El Consejo General de Enfermería lanza una guía sobre medicamentos peligrosos

    Dificultad respiratoria, irritación de ojos, dolor de cabeza y náuseas. A finales de septiembre, personal de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario de Albacete empezó a notar estos síntomas. Los profesionales se enfrentaban a una intoxicación. Y es que en los hospitales se manipulan fármacos que pueden provocar desde cáncer hasta infertilidad, de ahí que el Consejo General de Enfermería haya lanzado una guía para monitorizar las superficies o que el propio Sescam tenga sus protocolos.

    medicamentos peligrosos

    Personal de Farmacia Hospitalaria de Albacete sufría recientemente una intoxicación

    “No es posible monitorizar todos los medicamentos peligrosos”

    Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2012 se produjeron más de 106.500 muertes por cáncer atribuidas por exposición a substancias cancerígenas, convirtiendo el cáncer ocupacional en la “primera causa de muerte entre los trabajadores europeos”. No en vano, para la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) la medicación peligrosa representa el factor de riesgo químico más importante en sanidad. 

    Por ello, el Consejo General de Enfermería, en colaboración con el Instituto Español de Investigación Enfermera, ha elaborado una Guía para la monitorización de superficies con medicamentos peligrosos

    Se trata de un trabajo que han desarrollado durante casi un año y en el que han participado 13 enfermeras expertas de distintos centros hospitalarios de toda España. 

    Entre las conclusiones a las que han llegado destaca que “no es posible monitorizar todos los medicamentos peligrosos empleados en los centros, por lo que se deben establecer “fármacos diana”.  De tal forma que, cada centro sanitario debe evaluar los fármacos más utilizados y escoger aquellos que más utiliza para la monitorización de superficies”, explica Tamara Domingo, miembro del Instituto Español de Investigación Enfermera y coordinadora de la guía. Por ello,  en la guía incluyen una lista de fármacos que, en todo caso, deberían monitorizarse: doxorrubicina, 5-fluorouracilo, metotrexato; además de ganciclovir, tracolimus, micofenolato, Bacillus calmette Guerin(BCG), epirrubicina, doxorrubicina pegilada, paclitaxel, azacitidina, ciclosporina o fenitoína.

    Los fármacos que deben monitorizarse

    • doxorrubicina,
    • 5-fluorouracilo,
    • metotrexato,
    • ganciclovir,
    • tracolimus,
    • micofenolato,
    • Bacillus calmette Guerin(BCG),
    • epirrubicina,
    • doxorrubicina pegilada,
    • paclitaxel,
    • azacitidina,
    • ciclosporina o fenitoína.

    Se emplean en quimioterapia, pero también son inmunosupresores, antivirales, antiepilépticos

    “Hablamos de fármacos que son de uso frecuente, que se emplean en quimioterapia, pero también son inmunosupresores, antivirales, antiepilépticos. Hay fármacos que se utilizan con pacientes trasplantados para evitar el rechazo, o incluso en artritis reumatoide o para el tratamiento de embarazos ectópicos”, explica Domingo. 

    “En la mayoría de los casos estos fármacos se emplean en ámbitos sanitarios -añade Guadalupe Fontán- pero hay que tener en cuenta que también se pueden usar en el ámbito doméstico, en hospitalización domiciliaria, de los pacientes crónicos adultos y pediátricos, de pacientes trasplantados, oncológicos. Por otra parte, cada vez se extienden más los tratamientos intravenosos u orales en el ámbito residencial o sociosanitario y estos ámbitos no implementan habitualmente controles sobre el uso de estos fármacos”, detalla la enfermera. 

    “Hablamos de fármacos que pueden provocar cáncer, mutaciones o afectar a la capacidad reproductiva de quienes los manipulan”

    “No olvidemos que hablamos de fármacos que pueden provocar cáncer, mutaciones o afectar a la capacidad reproductiva de quienes los manipulan. Además, se ha demostrado que el riesgo de exposición se produce tanto en la fase de preparación como en la de administración, por lo que se deben establecer procedimientos que aseguren la menor exposición posible en ambas fases”, subraya José Luis Cobos. 

    Por ello, en la guía proponen vigilar determinadas zonas con un alto riesgo de contener este tipo de medicamentos peligros. “En concreto, hemos convenido que sería preciso vigilar especialmente las salas de enfermería, las de medicamentos, donde se almacenan, los mostradores y carros de medicación, los teclados y ratones de los ordenadores, los suelos de las áreas de cuidado del paciente y de los baños, pero también, las sillas o las mesitas y las camas de los pacientes que es donde hemos encontrado que el riesgo de residuos es más alto”, detallan las autoras de la guía. 

    Control al terminar la jornada laboral

    Además, recomiendan llevar a cabo la toma de muestras al finalizar la jornada laboral, antes de llevar a cabo los protocolos de limpieza y/o descontaminaciones habituales y después de los mismos. 

    Una vez editada la guía y puesta a disposición de todos los enfermeros interesados de manera gratuita, ya están diseñando un nuevo estudio que demuestre la disminución del riesgo de exposición a estos medicamentos peligrosos con la implantación de las recomendaciones recogidas en el estudio en distintos centros hospitalarios de todo el Estado.

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