• Soy médico rural y no quiero jubilarme

    El Autor

    Antonio González Cabrera

    Médico de Familia

    Este mes de enero se cumplen 44 años desde que tomé posesión como médico rural de San Pedro (Albacete). Antes de ejercer como médico de familia trabajé como celador en el hospital Reina Sofia de Córdoba, y posteriormente como enfermero en la localidad de Iznajar (Córdoba). También había realizado algunos trabajos temporales como sustituto, tanto en centros urbanos como rurales.

    Este mes de enero se cumplen 44 años desde que tomé posesión como médico rural de San Pedro, un pueblo de Albacete.

    Nunca pedí un traslado para acercarme a una ciudad o a un hospital

    Ser médico en el medio rural fue una decisión consciente que tomé primero de manera individual y después de forma compartida con mi pareja. Nos gustaban el campo y la montaña como entorno para nuestra vida. Nunca pedí un traslado para acercarme a una ciudad o a un hospital, y siempre he preferido permanecer en el medio rural. 44 años después siento que no me equivoqué al tomar esa decisión. El mundo rural me aporta mucho, a nivel profesional, personal y humano.

    Pero no por ello, voy a mentir diciendo que todo ha sido de color de rosa. No es fácil ilusionarse para ejercer la medicina rural, porque resulta mucho más sencillo desanimarse.

    Nadie discute hoy, que asistimos a un momento muy complicado para la sanidad española en general. Hay que formar a más médicos de familia, sacar más plazas para el MIR, y hacer una mayor inversión en Sanidad.

    Más allá de la nota

    Hoy parece que lo único que importa para estudiar medicina es tener una nota media superior al 13,450 de media y la vocación queda en un segundo plano. Ser medico de familia posiblemente tenga un tanto por ciento vocacional que otras especialidades, quizá por eso cada año quedan desiertas plazas de medico de familia. Ser medico rural, aún más.

    Vivimos tiempos en los que la Atención Primaria (AP) es la hermana pobre del sistema sanitario, y dentro de su ejercicio, la AP rural es la más denostada. La medicina rural sigue siendo la gran olvidada de la profesión. Si la atención primaria sufre por la situación actual, de su ejercicio en el medio rural podemos decir que está sangrando.

    Tenemos problemas

    Tenemos los problemas comunes de toda la AP, problemas que necesitan respuestas reales y, además, que se den pronto. Pero en el medio rural la situación se ha agravado por las condiciones propias de la ruralidad. Y a pesar de todo, ejerciendo en ese medio, cada día se pueden hacer grandes cosas para cuidar la salud de la población, y para mejorar la calidad asistencial. Pero la gran reivindicación al actual sistema es que el necesitamos que se nos tenga más en cuenta de lo que hoy se nos tiene. 

    Han pasado 20 años del VI Congreso Mundial de Medicina Rural organizado por la World Organisation of Family Doctors (WONCA) en Santiago de Compostela 2003, donde ya se señaló la importancia de la formación de los médicos rurales y la necesidad de una mayor promoción y reconocimiento profesional. Pero poco ha cambiado esa situación desde entonces, y si lo ha hecho no ha sido de una manera evidente.

    “Al mundo rural hay que venir llorados”

    Este mes de enero se cumplen 44 años desde que tomé posesión como médico rural de San Pedro, un pueblo de Albacete.

    La realidad que vivimos los médicos rurales, contrasta con afirmaciones tales como: “la medicina rural es la más cercana, la más completa, la más humanista”, o que “se tiene un contacto más estrecho con el paciente, la familia y el entorno”. Todo cierto y muy halagador. Pero seguimos sin que se aporten los recursos suficientes para hacerla más atractiva para los nuevos médicos que salís de nuestras universidades. Nuestra realidad se define con una frase muy andaluza: “Al mundo rural hay que venir llorados”.

    Son 8 millones de personas en España las que viven en el medio rural. La despoblación galopante que sufre dificulta una planificación sanitaria asumible por las autoridades locales. No hay datos reales de cuantos médicos rurales existen en España, porque el concepto de ruralidad es solo poblacional, cuando en realidad está condicionado por otras muchas variables sociales. La edad media de los médicos rurales es de más de 50 años, y un tercio de nosotros somos mayores de 60.

    Un tercio, a las puertas de la jubilación

    La mitad de los profesionales de medicina rural son mujeres. La medicina rural se enfrenta a un nuevo reto, como es la jubilación de muchos profesionales en los próximos años, porque un tercio de nosotros nos jubilaremos en los próximos cuatro años según el Consejo General de Colegios Médicos.

    Existe tanta diversidad de situaciones en el ejercicio de la medicina en el medio rural, que hace muy diferente como es ejercer de medico en un lugar a hacerlo en otro, desde las peculiaridades geográficas (distancia al hospital), a la situación personal (conciliación familiar). Eso debería tener su reflejo en los salarios.

    Para trabajar en el medio rural, es necesario un plus de conocimientos y de herramientas personales con las que solucionar un abanico muy variado de patologías que vemos como se multiplican, pero esa variedad hace aún más atractiva esta profesión, porque te saca de la monotonía y te incentiva al estudio y a la formación continuada. La tecnología es muy necesaria, pero nunca sustituye al profesional. Somos personas que atienden a personas y eso no se sustituye por la tecnología. La ‘tele-consulta’ complementa a la consulta presencial, pero no la sustituye.

    Visibilidad, reconocimiento y buenas condiciones laborales

    Hay una serie de cuestiones que deberían solventarse para hacer más atractiva la medicina rural, que solamente reseño: El médico rural en España necesita visibilidad, reconocimiento y buenas condiciones laborales; la AP, en especial la rural, necesita una reflexión profunda, recursos humanos y materiales suficientes para hacerla atractiva a los profesionales; persiste una falta de apoyo institucional a la especialidad de Medicina de Familia más que notoria.

    Somos profesionales altamente cualificados, pero se nos considera el patito feo frente a especialidades hospitalarias; la permanencia prolongada en la misma plaza (longitudinalidad) que suele existir en la AP rural, hace la medicina rural una de las medicinas más completas y cercanas (conoces los antecedentes, apoyos, recursos del paciente), pero a eso no se le da todo el valor que tiene.

    Este mes de enero se cumplen 44 años desde que tomé posesión como médico rural de San Pedro, un pueblo de Albacete.
    Imagen de archivo de profesionales sanitarios en Nerpio.

    Un Erasmus rural

    Atendemos a poblaciones muy envejecidas, pero la gente mayor tiene una gran capacidad de adaptación, debemos infravalorarles en este aspecto ni tratarlos como a niños; los profesionales de AP, urbanos y rurales, deberían rotar por los servicios de los hospitales cada cierto tiempo, al igual que los facultativos hospitalarios deberían poder rotar en los centros de AP, eso haría entender cómo cambia el ejercicio de la profesión en uno y otro medio. La rotación rural en la formación se da siempre en centros muy cercanos a grandes hospitales y ese no es el rural real. Sería conveniente que los futuros médicos tuvieran tutores en centros alejados. (Erasmus rural).

    17 sistemas sanitarios

    La medicina de Familia debería ser una asignatura en las Universidades. Una formación específica en su ejercicio sería muy necesaria, con médicos tutores que ya hayan realizado ese trabajo. No ayuda a esa puesta en valor de la AP, tener 17 sistemas sanitarios con condiciones laborales diferentes en todas las comunidades.

    Debe alcanzarse una inversión en Atención Primaria del 25 % de lo dedicado a sanidad y disminuir la jornada de 35 horas. Necesitamos mejoras retributivas, compensación de los desplazamientos, vivienda, formación continuada, facilitar la conciliación familiar y laboral, dotación de medios, mejorar la comunicación con la hospitalaria, promoción profesional, y el reconocimiento desde las otras especialidades porque nosotros también trabajamos desde un prisma científico con protocolos y actuaciones definidos.

    Si todos los partidos políticos admiten que es necesaria más inversión en AP, por eso creo que este asunto puede ser parte de un pacto de Estado. Necesitamos un plan bien definido y estructurado y no ocurrencias. Este es un asunto que se debería abordar ya en el Consejo Interterritorial para que se propongan medidas concretas y efectivas.

    Este mes de enero se cumplen 44 años desde que tomé posesión como médico rural de San Pedro, un pueblo de Albacete.

    Ni el último mono ni el ombligo del sistema

    Los médicos rurales debemos ser conscientes de que no podemos pasar de un extremo a otro: ni somos el último mono, ni somos el ombligo del sistema, pero sin nosotros el sistema carece de futuro. Solo somos una pieza más. Pero si no se consolidan los cimientos del edificio, y eso es la Atención Primaria, todo el edificio corre riesgo de derrumbarse.

    En ese escenario que he descrito, es difícil pensar que la medicina rural es una buena opción para quienes terminan la carrera y deben escoger especialidad. Pues os diré que, a pesar de todas las carencias que existen, la medicina rural es el escenario ideal para ejercer la medicina de familia.

    Hoy las NNTT nos permiten acceder a recursos que hace nada eran exclusivos de la hospitalaria. Desde consultar información a establecer contacto con nuestros compañeros de hospitalaria para solventar situaciones y evitar desplazar al paciente; tenemos opciones de formación tanto On-line como presencial, que nos permiten la actualización y la formación continuada; la organización en zonas de salud ha mejorado nuestras condiciones laborales, aunque hay que seguir en una reivindicación constante de mejoras, que cuando llegan estimulan y mucho.

    Sin tiempo

    Podemos organizarnos el tiempo, porque con 4 minutos de asistencia como en los centros urbanos es imposible ejercer como el compromiso ético requiere. Hay otro ritmo de trabajo, la gente conserva el respeto por el profesional y también entre ellos. Muchos días nos toca doblar en otro consultorio lo que supone una sobrecarga que nunca está bien retribuida. Sin embargo, te permite conocer a nuevos pacientes que estimulan la formación en patologías que habitualmente no abordamos.

    Personal sanitario en Yeste.

    Médico dentro y fuera de la consulta

    Ya sé que a muchos le puede parecer molesto que alguien les aborde por la calle para plantearles un problema de salud, pero el entorno rural en eso es muy distinto al urbano. Por la calle siempre hay pacientes que te paran y preguntan si ya están los resultados de sus análisis o te consultan sobre alguna pequeña dolencia. Casi siempre puedo responder a sus dudas y la verdad es que no me importa que me paren en la calle o en el café, incluso algunos te llaman fuera de horario de visitas y a otros, me paso a verlos en días festivos si su situación clínica me preocupa.

    Cuando eres médico rural, eso llega un momento que no molesta, al contrario, no interfieren en tu vida porque forman parte de ella. Es algo que creo que la gente de las grandes ciudades envidia a quienes viven en los pueblos, ese contacto tan estrecho. 

    Hasta cuatro generaciones de una familia

    Yo he tenido la ventaja de haber atendido hasta cuatro generaciones de una misma familia, lo que te aporta una importante parte de conocimiento social, que es fundamental a la hora de tratar y de diagnosticar a los pacientes. Conoces su historia clínica, pero también sus antecedentes, de primera mano. Ese seguimiento personal es un plus que ofrece la medicina en el medio rural, y que es impensable en las ciudades donde los cupos de pacientes son mucho más numerosos y van fluctuando, y las relaciones interpersonales son más difíciles e incluso diría que hasta una rareza.

    En verano tenemos pacientes desplazados. Generalmente los conocemos de otros años y muchos son personas mayores, como la mayoría son de la región, el sistema informatizado hace que la atención sea ágil porque podemos acceder a la historia clínica. Caso diferente son los procedentes de otras CCAA.

    44 años de servicio

    A nivel profesional, tengo una relación muy cómoda con mis pacientes. Estos cuarenta y cuatro años de servicio me han aportado mucho, con un cupo de más o menos mil pacientes, he tenido la suerte de participar en la implantación de programas pioneros en el medio rural y en AP. Con el paso de los años ejerciendo, el trabajo se ha vuelto más cómodo y productivo y seguro que de mejor calidad para los pacientes. Personalmente ser medico rural me ha aportado mucho. Siempre me ha gustado el medio rural, el campo y la montaña y aquí el paisaje es inmejorable. En una comunidad rural todos nos conocemos, muchos de mis amigos están aquí.

    Llevo ocho años de retraso en mi jubilación, y mientras la cabeza y el cuerpo me lleven, seguiré al lado de mis pacientes.  Decidirse por ser médico rural es optar por un tipo de vida. Hacerlo tanto tiempo en el mismo lugar es casi una utopía hoy día, pero siempre he creído que cada día lo utópico está más cerca, a la vuelta de la esquina.

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    2 comentarios

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      MAGNIFICO PUBLI-REPORTAJE
      La propaganda anterior me da motivo para comentar otro de los excesos galénicos que se dan en nuestros “17 sistemas sanitarios”,
      -un servidor emplea también esta expresión desde hace años-. Me refiero a las jubilaciones encubiertas que se permite a muchos médicos que deciden permanecer ocupando sus puestos, superados los 65 años. Nadie les controla su rendimiento y su producción laboral esta muy por debajo de lo esperado y requerido. En no pocos casos, su obsesión es mantener, a toda costa, sus sueldos de ministro, muy por encima de la pensión que les corresponderá. Otra vergüenza, una más, de los “17 sistemas sanitarios” aludidos.
      Considero que dado el elevado número de médicos que, a juicio de los organismos internacionales, tiene nuestra sanidad, no es cuestión de “querer” o no jubilarse, sino de “deber”, que es algo mu diferente.
      Como no todos tenemos la oportunidad de escribir un artículo de opinión, o carta al director, como la precedente, y nos vemos obligados a recurrir a los comentarios a las noticias publicadas, señalar que en la noticia número doce que antecede a esta (día 22 de enero, “Sanidad pregunta a los pacientes sobre Atención Primaria”) aparece otro punto de vista de la Atención Primaria muy diferente a las fantasías que ofrece el anterior médico (no jubilado).

    2. Tomás Morcillo Cuenca

      Magnífico análisis de la realidad en la sanidad del mundo rural. Los máximos responsables de la Atención Primaria debían tomar nota y tomar decisiones urgentes al respecto. Antonio, gracias por el compromiso personal con el mundo rural y con la atención primaria. Cuando te jubiles dejarás un vacío pero no dejarás de estar comprometido. Un abrazo

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