• Cuando el personal sanitario regresa al pueblo

    A pueblos como los de la Sierra de Albacete, tener una óptica, una consulta de podología, fisioterapia o un técnico que ponga a punto sus audífonos, les da la vida, de ahí que decisiones como la de Elisa García Martínez, óptico-optometrista y audioprotesista, de regresar a casa, sean el verdadero revulsivo para que la España rural vuelva ser lo que era.

    A pueblos como los de la Sierra de Albacete, tener una óptica, una consulta de podología o fisioterapia les da la vida.

    Elisa García cuenta su experiencia al frente de la única óptica de Elche de la Sierra

    Hija de un Guardia Civil de Socovos y de un ama de casa de Letur, Elisa García Martínez se crió en Elche de la Sierra, un pueblo de algo más de 3.600 habitantes que está a más de una hora en coche de la capital. Estudio Óptica en Murcia y, si bien no le hubiese faltado trabajo en ningún sitio, decidió regresar al pueblo en cuanto se enteró de que vendían la única óptica con la que contaba Elche de la Sierra.

    Llegar andando a todas partes, conocer a cada uno de los vecinos, la tranquilidad, la cercanía y la familia acabaron por atraer a Elisa García hacia su pueblo como si fuera un imán. Estos argumentos fueron el secreto para que Elche de la Sierra cuenta con una óptica, con tanto o más tecnología de la que pueda tener una de la capital, y con dos mujeres preparadas como las que más.

    Desde 2008, los elcheños cuentan con Elisa García y su compañera María Rivero, por lo que no necesitan salir del pueblo para tratarse la baja visión, controlar su miopía, prevenir el estrabismo o seguir cualquier tipo de terapia visual.

    Además, como los técnicos de Gaes dejaron de visitar el pueblo para poner a punto los audífonos, Elisa García se hizo audioprotesista, evitando también los desplazamientos a Elche de la Sierra y Albacete de población, en su mayoría mayor, que se queda desamparada cuando pierde un recurso así.

    A pueblos como los de la Sierra de Albacete, tener una óptica, una consulta de podología o fisioterapia les da la vida.
    A la derecha, Elisa García, junto a su compañera María Rivero.

    “El trato con la gente es diferente; nos conocemos todos; confían en ti”

    Y es que la mejor formación o la ambición no están reñidas con quedarse en el ámbito rural. “El trato con la gente es diferente. Nos conocemos todos. Confían en ti. Todo es más cercano”, explica Elisa García, quien insiste en que no echa de menos ni los grandes centros comerciales ni el bullicio de la ciudad, al contrario piensa jubilarse en Elche de la Sierra, dentro de muchos años, ya que tiene 39, y criar a sus dos hijas con la calidad de vida que sólo tiene un pueblo.

    Además, está mujer, personal sanitario, autónoma, empresaria y emprendedora, ha contado con el apoyo económico para su apuesta tanto del Gobierno de Castilla-La Mancha como del Grupo de Acción Local Sierra del Segura para la gestión de ayudas europeas LEADER.

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