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La X edición de las Rutas de Senderismo que organiza la Diputación Provincial de Albacete nos lleva a Valdeganga, en la comarca albaceteña de La Manchuela. Un municipio decorado con los tonos ocres del otoño, gracias al río Júcar que recorre sus huertas. La cita tuvo el mismo objetivo que en anteriores ocasiones, disfrutar del grandísimo atractivo natural y cultural de la provincia.
Fotografías: Luis Sánchez Vizcaíno
Las ramblas del Batán y la Rodera
Los senderistas inscritos visitaron Valdeganga para recorrer la ruta denominada “Las ramblas del Batán y la Rodera”. Cuenta con un recorrido circular, de doce kilómetros de distancia, con una dificultad técnica alta y unas cinco horas de duración. La salida sería, a las 09.00 horas, desde la Palza Mayor del municipio.
El cielo aparecía encapotado, aunque sin demasiado frio, les recibiría, a las puertas del Ayuntamiento de Valdeganga, en la Plaza Mayor, Fermín Gómez Sarrión, alcalde del municipio, quien los acompañaría durante todo el trayecto. Tras la foto de grupo, arrancaría la marcha alrededor de las 9.00 horas.
Irían callejeando, bajando dirección al Júcar, hacia el camino romano. Tras cruzar la carretera, y con el río al frente, cogerían un camino a la izquierda, para enlazar con una senda entre pinos, dirección Bolinches.
Tras caminar un buen tramo, comenzaría el ascenso por una rambla por el cerro Los Meleos, para comenzar a bajar y subir las ramblas Juanote y La Rodera, hasta descender por la senda del Batán. Un entorno rico en vegetación, predominando el pino, plantas aromáticas, aliagas, boj y esparto.
Principalmente por senda, y en fila de uno, bajarían muy cerca del camino que va a Bolinches, al lado del río, para tomar un contúndete almuerzo, cortesía del Ayuntamiento.
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Cogerían entonces otra senda de las que habitualmente utilizan cabras montesas, menos transitada y que transcurre por la ladera del cerro, con la hoz el Júcar a su derecha, en un trayecto un tanto técnico, por lo que había que extremar la precaución, con subidas y bajadas intermitentes y que finalizaba con un ascenso de unos cuarenta metros, técnico y un poco exigente, hasta llegar al punto más alto del cerro, a 687 metros, pudiendo contemplar un fantástico paisaje de bosque de ribera junto al río Júcar y la vega, con tintes otoñales.
Aquí seguirían por otra senda más accesible, que discurre por todo lo alto del cerro y que a través de una rambla enlazará nuevamente con el camino de Bolinches, en la Fuente del Batán. Justo frente a dicha fuente, ascenderían por una preciosa rambla, la del Cerro Batán.
Ya de regreso al municipio, por diversas sendas rodeadas de pinos y espartos, con un desnivel mínimo, para afrontar entonces la parte más exigente de la ruta, donde tocaba bajar y subir varias ramblas más, especialmente la Rambla de Juanote en forma de “V”. Tras subir esta sólo les restaba otra senda con varias rampas o toboganes muy cortos, para finalizar en las escaleras que acceden al Mirador de la Ceja de Valdeganga.
En el camino pudieron observar numerosas cuevas, antiguamente usadas para cultivar champiñón y que a día de hoy día sirven como refugio de los animales como las cabras montesas.
Vistas impresionantes, no sin esfuerzo, en un día nublado, pero sin demasiado frio, ideal para hacer senderismo y descubrir las maravillas de entornos naturales que esconde la provincia.
