• Síndrome antifosfolípido, otra enfermedad invisible

    El síndrome antifosfolípido (SAF) es una enfermedad reumática autoinmune sistémica que se caracteriza por la producción de autoanticuerpos (AAF) que actúan contra componentes de las propias células o tejidos, y que, además, puede afectar a distintos órganos.

    Conocido coloquialmente como ‘sangre pegajosa‘ el síndrome antifosfolípido se diagnostica con un análisis, ya que afecta a la capacidad de coagular de la sangre.

    Trombosis y abortos son los síntomas más frecuentes

    Sus síntomas más frecuentes son: trombosis (oclusión de vasos sanguíneos) y/o complicaciones durante la gestación (abortos de repetición o partos prematuros), por lo que es fundamental la planificación del embarazo con el especialista en Reumatología, según precisan desde la Sociedad Española de Reumatología.

    Con la terapia habitual se logra el éxito del embarazo en el 70% de los casos. Si no es suficiente, hay otros tratamientos que pueden ayudar a que el embarazo llegue a buen término, por eso es muy importante la planificación y el seguimiento del mismo. 

    Aunque la presencia de anticuerpos antifosfolípidos también puede relacionarse con otros síntomas, como trombocitopenia, valvulopatía cardiaca, epilepsia o mielitis transversa, en la mitad de los casos el síndrome antifosfolípido está asociado a otras enfermedades reumáticas autoinmunes, siendo la más frecuente el lupus.

    Es importante también el diagnóstico precoz con el objetivo de poder instaurar el mejor tratamiento posible y evitar daño orgánico en los pacientes. En este sentido, desde la Fundación Española de Reumatología (SER) se ha puesto en marcha la campaña de concienciación ‘Los relatos de la SER’ en la que se busca dar visibilidad a las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas (ERAS) como el SAF.

    Asociación SAF España

    Por su parte, Gustavo Amorós, presidente de la asociación SAF España, explica que “este año hay que seguir dando a conocer el SAF a la sociedad en general y especialmente a los sanitarios, para que conozcan la patología y, sobre todo, su variada sintomatología, lo cual hará que mejore un poco al menos la calidad de vida de los pacientes en España”.

    “Necesitamos que el Sistema Nacional de Salud (SNS) dé una respuesta completa y acorde a esta enfermedad, tratándola desde un enfoque multidisciplinar. En segundo lugar, pedimos que a los pacientes anticoagulados de SAF se les trate de forma específica por su patología y todas sus consecuencias, no como anticoagulados sin más. Además, es necesario que el SNS cumpla las coberturas psicosociales que los pacientes necesitan terapéuticamente. Tampoco podemos olvidar, la ansiada investigación en SAF”, reivindica Gustavo, en cabeza de la asociación SAF España.

    Mayor comprensión y empatía

    Asimismo, solicita una “mayor comprensión y empatía” con todos los afectados de SAF. “Se trata de una enfermedad en la mayoría de los casos invisible y por tanto incomprendida. No obstante, al mismo tiempo, esta situación nos lleva a sufrir discapacidad orgánica, que tampoco se puede apreciar por nuestro entorno y no se entiende”, advierte.

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