• Aumentan los casos de tosferina en Albacete

    Desde hace dos semanas, en las consultas de pediatría, como la de Juan Ríos, se está comprobando que Albacete, como ocurriera en Guadalajara, se enfrenta a un brote de tosferina en una población de escolares que está vacunada. En principio, la clave está en proteger a la población de riesgo, como son los recién nacidos, las embarazadas y las personas mayores, pero se trata de una patología infecciosa con tratamiento y vacuna.

    “Es una tos paroxística, una tos seca, pa-pa-pa, que no para y lleva al niño a hacer una especie de gallo para coger aire”

    “Es una tos paroxística, una tos seca, pa-pa-pa, que no para y lleva al niño a hacer una especie de gallo para coger aire, incluso esa tos puede llevar a que vomite”. Así describe el pediatra Juan Ríos el síntoma más característico de la tosferina, enfermedad de la que la mayoría de la población y la práctica totalidad de los niños están vacunados, por lo que sólo debe preocupar en el caso de los bebés.

    A los niños se les vacuna a los dos, seis y once meses, así como hay una dosis de recuerdo a los seis años frente a la tosferina. Además, a las embarazadas también se les recomienda la vacuna de la tosferina en el último trimestre. En este contexto, si se trata de un niño sano y vacunado, no debe complicarse.

    Así, el Dr Juan Ríos ha explicado a Diario Sanitario que quienes deben protegerse son el personal sanitario y el educativo, ya que los adultos recibieron la vacuna hace tantos años que no están tan protegidos como los menores.

    Se trata de una enfermedad infecciosa que se resuelve con antibiótico.

    ¿Qué es la tosferina?

    La tosferina es la consecuencia de una infección causada por la bacteria Bordetella pertussis, que afecta al aparato respiratorio (pulmones y vías respiratorias). En los adolescentes y los adultos suele ser más leve, siendo los menores de cuatro meses el grupo más vulnerable.

    ¿Qué síntomas produce?

    Los síntomas de la tosferina aparecen, por lo general, de 7 a 10 días después de que la persona haya estado expuesta al contagio, pero algunas veces pueden pasar hasta 6 semanas antes de que aparezcan.

    Al principio, la enfermedad se manifiesta como un resfriado común, con congestión nasal, moqueo, estornudos y, tal vez, tos o fiebre. A medida que progresa la enfermedad, aparecen los síntomas tradicionales de la tosferina, que son:

    La tos intensa suele durar unas dos semanas y, a partir de entonces, va disminuyendo en frecuencia y gravedad. El enfermo puede tardar meses hasta la recuperación completa.

    Fuente: Sociedad Española de Pediatría.

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