• ¿Qué diferencias hay entre el verano de 2021 y el de 2022?

    El año pasado empezaba la quinta ola y este año termina la séptima con una presión hospitalaria similar

    La incidencia COVID, que sólo se registra en mayores de 60 años, está este verano de 2022 más alta que el año pasado. Los ingresos hospitalarios son similares y la presión en las UCI también. En un año, han muerto 1.672 personas más en Castilla-La Mancha dentro de una pandemia que suma siete olas sin alcanzar el punto final. Pero la diferencia entre uno y otro verano son las restricciones, inexistentes. La mascarilla sólo se ve en el transporte y en el contexto sanitario, de ahí que no haya buenos presagios para el otoño.

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    En un año, la pandemia ha sumado 1.672 muertes en Castilla-La Mancha

    El 9 de agosto de 2021 Castilla-La Mancha se enfrentaba, con la mayoría de la población recién vacunada, a falta de los niños, a una incidencia de 485 casos COVID por cada 100.000 personas a 14 días. Un año después esa incidencia, que sólo se mide en la población de riesgo, en los mayores de 60 años, está en 553 casos.

    En la actualidad, las unidades de cuidados intensivos están al 5,71% de ocupación COVID, un punto por debajo del año pasado, cuando se situaban en el 6,98%. Y si hoy hay 311 pacientes COVID ingresados, según informa el Ministerio de Sanidad, el año pasado eran 331.

    El 9 de agosto de 2021 subía la quinta ola y, un año después, baja la séptima. Mientras, han regresado las fiestas de los pueblos, los conciertos y los grandes encuentros sin restricciones. Además, desde abril, la mascarilla es prácticamente testimonial en espacios cerrados.

    En el último año, la pandemia se ha cobrado 1.672 vidas en Castilla-La Mancha, que arrastra, con 7.704 fallecidos en total, la letalidad global más alta de todo el país.

    El verano pasado se informaba a diario de los nuevos contagios, de la presión asistencial o de los fallecidos. Este mes de agosto la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha sólo informa una vez a la semana de la situación, los viernes.

    Este verano poco dista del anterior, pero se le ha perdido el miedo a una pandemia que ha desaparecido del panorama informativo.

    Las vacunas marcan la diferencia en un verano sin mascarilla

    Si en septiembre del año pasado se hablaba de la necesidad de una tercera dosis, este septiembre se hablará inevitablemente de una cuarta. Y es que si comparar los datos sirve de algo es para confirmar que la incidencia de este verano es muchísimo mayor que la del año pasado, pero el resto de los indicadores son similares, por lo que las vacunas han parado el golpe. Habrá que ver si tres dosis son suficientes para afrontar la ola del otoño sin desbordar los hospitales. De momento, el curso empezará sin mascarilla.

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