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1 cada 8 horas, el grupo de sanitarios que ha decidido dar eco a lo que se comenta en los corrillos, considera que sí, que la salud mental se está medicalizando peligrosamente. Así se pone de manifiesto en el último vídeo, en el que el médico albaceteño Carlos Navarro entrevista al psiquiatra Alberto Ortiz Lobo.
Alberto Ortiz Lobo.
Del diálogo entre un médico de Atención Primaria y un psiquiatra se desprende que no hay una pastilla para todo, que un problema social, familiar o laboral no se debe transformar en una entidad médica que precise tratamiento.
A veces sufrir es fundamental” (Doctor Ortiz Lobo)
Y es que no siempre se debe buscar remedio sanitario o farmacológico a un sufrimiento que es lógico, adaptativo e incluso sano. Un clima complicado en el trabajo, una pérdida familiar o una frustración pueden causar un dolor, un estrés o una ira que no siempre tienen respuesta sanitaria.
Pero el caso es que el médico de familia tiene en su consulta la puerta al sistema sanitario. Él es quien deriva al paciente a Salud Mental o quien diagnostica y trata. De hecho, la mayoría de los antidepresivos, tal y como advierte el psiquiatra Alberto Ortiz Lobo en la entrevista, los prescriben los médicos de Atención Primaria.
Hay que pensar más en los efectos secundarios de los tratamientos y ser más críticos
Carlos Navarro.
El problema radica también en que los facultativos no son ajenos a la presión de una sociedad en la que la publicidad y los medios de comunicación transmiten una felicidad que pasa por aprovechar una vida efímera, por aspirar a ser los más guapos, listos y altos. Sin embargo, “a veces sufrir es fundamental para seguir avanzando; los sentimientos negativos, desde el duelo hasta la rabia, son necesarios”, advierte el doctor Ortiz Lobo.
Así, si el paciente no duerme, el médico tiende a solventar el problema con un fármaco, cuando, a juicio del psiquiatra, debería buscar respuestas a ese insomnio antes de medicar.
“Tenemos que atravesar periodos de dolor”, aquí estaría la clave para “desmedicalizar” la salud mental. Y la problemática no se sitúa sólo en situaciones banales, en el debate también está la posibilidad de que se esté abusando de los fármacos en diagnósticos en los que no hay duda de que la respuesta es una medicación psiquiátrica.
