• Contratos COVID: “ni pagados ni agradecidos”

    En marzo de 2020 las llamaron de las gerencias del Sescam suplicando que firmaran un contrato para trabajar en la primera línea frente al COVID, un nuevo coronavirus. Una enfermedad incierta estaba provocando el colapso sanitario y matando a pacientes que fallecían a la espera de un respirador. Mientras, un personal sanitario desprotegido y desinformado hacía lo que podía. En ese contexto, dieron un paso adelante; firmaron esos contratos COVID y se enfrentaron al coronavirus ola tras ola. Este 30 de septiembre terminaban esta inesperada relación con el Sescam.

    contrato COVID 30 septiembre

    El 30 de septiembre marcó un antes y un después en el contrato COVID

    Llanos, Isabel, Pilar o Antonia representan a esos profesionales, en su mayoría mujeres, que vieron cómo su contrato COVID terminaba el 30 de septiembre. Algunas han ido al paro; otras han cambiado de puesto de trabajo y las menos tenían puntos para seguir donde estaban, pero el contrato COVID no se ha renovado, aunque fue eso lo que interpretaron al escuchar las promesas políticas que hablaban de conservarlos hasta junio de 2023.

    En la actualidad, en plantas COVID como la del Hospital General Universitario de Albacete, donde hay más de una treintena de pacientes en habitaciones triples, ya no está el mismo personal que ha estado poniéndose y quitándose los equipos de protección durante más de treinta meses.

    Chocan dos realidades, la de las personas que estaban en la bolsa de empleo del Sescam esperando su turno y la de quienes pensaban que se habían ganado un puesto en la primera línea por jugarse la vida cuando se lo pidieron. Todos tienen razón y nadie está contento. Los primeros porque la bolsa de empleo no es transparente y los segundos porque les anunciaron prórrogas que no se han cumplido y una doble puntuación que ni siquiera pueden sumar en la bolsa del Sescam.

    La misma pandemia, pero nuevos profesionales

    Pero la realidad es que la experiencia adquirida al frente del COVID se ha perdido y compañeras como Isabel, técnico en cuidados que lleva diez años en la tercera planta del Hospital General Universitario de Albacete, echa de menos la profesionalidad de quienes se han enfrentado con ella al COVID en los últimos meses. Con más de 60 años y diabética, Isabel se ha contagiado en tres ocasiones. Está agotada de ver que no llega a atender a tres pacientes por habitación, algunos sin acompañantes a los que hay que hacerles todo. En este contexto, no entiende cómo han prescindido de los contratos COVID para que asuman esa responsabilidad personas sin experiencia en los nuevos protocolos.

    Así, quienes han tenido los famosos contratos COVID, que acabaron el 30 de septiembre, ven que “ni pagados ni agradecidos”. Consideran que ni los políticos ni los sindicatos han valorado su esfuerzo. Piden una bolsa de empleo transparente y actualizada, así como recuerdan que el COVID sigue ahí, aunque sin ellos.

    Tres situaciones

    Nadie en la primera línea está contento. Los trabajadores fijos que se jugaron la vida, ahora no tienen la carrera profesional como mínima compensación; los profesionales que llevaban años acumulando puntos en bolsa tampoco se han considerado tratados justamente y quienes dieron el salto al vacío en las primeras olas del COVID han visto cómo su contrato acababa el 30 de septiembre.

    Un comentario

    1. Me pregunto porqué tergiversáis tanto la realidad. Los profesionales sanitarios seguimos trabajando, otra cosa es que se deba cumplir la legislación vigente y debamos cambiar de servicio o unidad. Hacéis mucho daño mintiendo y manipulando a la gente. Deberíais contar las cosas como son en realidad

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