• Celiaco: aquí tienes ausencia total de gluten

    El Autor

    Verónica Reolid Losa

    Nutricionista de la Asociación de Celiacos de Castilla-La Mancha (ACCLM)

    La celiaquía es la enfermedad gastrointestinal más frecuente en nuestro país. Una de cada 100 personas es celiaca, aunque sólo el 25% del medio millón de españoles que padecen esta enfermedad está diagnosticado. Los celíacos son personas que no toleran el gluten. Tienen que llevar una dieta específica, ya que no pueden consumir alimentos que contengan trigo, cebada, centeno y avena con gluten. Aunque la industria alimentaria ya ha creado productos específicos para celiacos, todavía no hay un tratamiento que combata los síntomas de esta enfermedad y la lista de alimentos que no puede comer un celiaco sigue siendo extensa. Es fundamental introducir frutas, legumbres y hortalizas en la dieta diaria de una persona celiaca, ya que son alimentos naturales que no han sufrido manipulación alguna en la industria y que garantizan a las personas celiacas la ausencia total de gluten.

    ¿Y cuáles son los principales alimentos que llevan gluten? Hablamos de todos los alimentos que lleven trigo, cebada, centeno, avena con gluten, derivados como la espelta, el katumt, el triticale y todos los productos manufacturados y procesados en la industria que contengan derivados de estos cereales. Nos referimos al pan, la pasta, galletas, bollería, masas, etc.

    ¿Qué síntomas provoca la celiaquía y que puede ayudar a las familias a detectar si su hijo es celiaco? La mayoría de los síntomas de esta enfermedad son gastrointestinales: diarreas, vómitos, dolor de barriga, tripa abultada, anemia, etc. También es muy característico el carácter apático y la irritabilidad. Mi consejo para los padres que detecten estos síntomas en su hijo es que lo lleven al pediatra para que le realicen las pruebas pertinentes: un análisis de sangre y una biopsia intestinal. A partir del diagnóstico, el único tratamiento es seguir una dieta exenta de gluten ya que, a día de hoy, todavía no existe tratamiento para esta enfermedad. Deben acudir a la Asociación de Celiacos de su Comunidad Autónoma para tener toda la información necesaria. Es importante recordar, que 1 de cada 100 personas es celiaca. En España se calcula que alrededor de medio millón de personas padecen esta enfermedad aunque sólo estén diagnosticadas un 15%. Es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en nuestro país.

    Las frutas, verduras y hortalizas se convierten en pilares básicos en la dieta de un niño celiaco, Hablamos de alimentos naturales que no han sufrido manipulación alguna en la industria y esto los convierte en opciones ideales para un celiaco. Al no contener gluten, los niños no corren ningún riesgo a la hora de consumirlos. Éste es el principal motivo, pero hay más. Los celiacos tienen que pagar precios muy elevados por adquirir productos específicos sin gluten y las frutas y las hortalizas se convierten en un excelente sustitutivo. La cesta de la compra de un celiaco se encarece en 1.000 euros más al año. Para que os hagáis una idea, un paquete de pasta sin gluten cuesta alrededor de 4 euros, casi tres euros más que un paquete de pasta normal de trigo.

    Las frutas y verduras son alimentos que aportan energía rápida e inmediata gracias al azúcar natural

    El consumo diario de frutas y verduras no sólo es importante para personas celiacas. Cualquier persona, niños y adultos, debe introducir estos alimentos en su dieta y, según las recomendaciones, un mínimo de cinco raciones al día. ¿Qué aporta a nuestro cuerpo el consumo de frutas y hortalizas? Son alimentos que aportan energía rápida e inmediata gracias al azúcar natural que presentan, la fructosa. También son beneficiosos por el aporte de fibra y lo más importante, porque son la principal fuente de vitaminas y minerales de la alimentación. Estos nutrientes previenen enfermedades, fatiga, cansancio, falta de rendimiento y disminución en la adsorción de otro tipo de nutrientes. Por ejemplo, sin la vitamina C del kiwi, de las fresas o de la naranja, no se absorbe bien el hierro a nivel intestinal.

    Además de lo saludables que son, este grupo de alimentos puede ayudar a que haya un menor consumo de alimentos basura. Evidentemente, cuanto más se consuma este grupo de alimentos, menos cabida tendrá el consumo de otros productos como repostería industrial, alimentos procesados o batidos azucarados. Por ejemplo, sustituir en la hora de la merienda el bollo prefabricado por una fruta en su estado natural, un batido de fruta o un zumo, es de las mejores opciones que podemos tomar.

    Por otro lado, estamos observando que se está perdiendo la dieta mediterránea. Hay una bajada considerable en el consumo de frutas, verduras y hortalizas en pro de otros alimentos manufacturados de fácil acceso y escaso valor nutricional. Somos de los países que más exportamos frutas y hortalizas y, curiosamente, de los que menos consumimos. Ha influido mucho el fácil acceso a productos manufacturados. Por ejemplo, en cualquier tienda de comestibles encuentras ofertas de 3 bollos de chocolate por 1 euro, y promociones del estilo. También influyen las prisas; es más rápido meter una pizza en el microondas que preparar un plato de verdura para cenar. Este tipo de conductas alimentarias distan mucho de lo que puede considerarse una dieta saludable.

    Para los niños es fundamental presentar la fruta como alimentos atractivos

    ¿Y cómo podemos invertir estos hábitos de consumo, sobre todo, en edades tempranas. Para adquirir unos hábitos de alimentación saludable, hay que empezar por la base, es decir, por la familia. Las conductas que un niño ve en casa son las que acaba adquiriendo, por eso es importante tener el frigorífico lleno de colores y que estén familiarizados con la amplia variedad de frutas y verduras. Los niños imitan lo que ven. Si ven a sus padres comer fruta, ellos acabarán haciendo lo mismo. También hay que implicarlos en el proceso de preparación: enseñarles a lavarlas, a pelarlas, a cortarlas… Presentar la fruta como alimentos atractivos a través de juegos, colores… Es mucho más sencillo de lo que parece incentivar el consumo de frutas y hortalizas desde edades tempranas. Importante también, que en las cantinas de los centro educativos tengan a la venta alimentos frescos en refrigeración en lugar de bolsas de prefabricados y de productos industriales.

    Educar también en las aulas, es vital. Por eso, programas como el de distribuir frutas, ofrecer charlas y juegos educativos, son muy necesarios. También hay que hacer campañas de sensibilización para los AMPAS. Sobre todo, para concienciar a los padres, que es donde empieza todo: desde la compra y adquisición de alimentos, hasta la rutina y hábitos diarios que se realicen en casa.