Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos con la armadura de la luz”. Este versículo de la Biblia alumbra La armadura de la luz, la nueva entrega de Los pilares de la Tierra. De aquel memorable novelón histórico, publicado hace más de tres décadas y que supuso un antes y un después en la literatura de Ken Follett y resucitó como nunca la novela histórica, quedan ya los restos. De nuevo Kingsbridge, centro de la acción, cuna de intrigas, conspiraciones y hazañas, y poco más. La quinta entrega de la saga es el libro más descafeinado de todos, falto de ritmo narrativo. No sólo eso. Según se avanza en sus más de 800 páginas cunde la sensación de que la serie no da para más. Este nuevo libro se queda en entretenido y poco más, para desencanto de los seguidores de la catedral más famosa de la literatura mundial y todas las conjuras, intrigas y conspiraciones que siempre se suceden alrededor de ella.
Juan Javier Andrés
Ya ni esa demoledora influencia de una Iglesia omnipresente, que causaba pavor y terror, una de las señas de identidad de Los pilares de la Tierra, hace acto de presencia en esta nueva entrega a caballo entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Sin embargo, es un acierto el fructífero escenario histórico con el que el novelista galés regresa a Kingsbridge. La Revolución Industrial da sus primeros pasos, poniendo en peligro trabajos manuales como los de los tejedores o las hilanderas. También llegan nítidos y potentes los ecos de la Revolución francesa, infundiendo temores entre las clases altas. Aparecen las primeras formas de asociacionismo entre los obreros. Y luego está la omnipresente guerra de Inglaterra y sus aliados contra Napoleón, más de dos décadas de conflicto que abarcan toda la novela. “Esta maldita guerra… Llevamos ya veintidós años y aún no se ha terminado del todo. Toda nuestra vida adulta hemos tenido que soportar que nos arruine los negocios, además de los disturbios por el pan, la destrucción de maquinaria y las leyes que convierten en un delito cualquier crítica al gobierno. Y ¿de qué nos ha servido?”, se pregunta uno de sus protagonistas.
Entre conjuras e intrigas
En semejante escenario, aderezado por dosis de brutalidad, violencia y dureza, Follett traza una trama de intrigas, conjuras, traiciones, amor, adulterio, penalidades, guerra, lucha de clases, nuevas doctrinas religiosas, con cuatro o cinco personajes principales a los que, como de costumbre, les hace pasar canutas. Con todo, La armadura de la luz es una novela que habla de valentía, injusticias, penurias e intrigas. Y una sensación: “Los tiempos cambian. Si no le seguimos el ritmo al progreso, nos dejará atrás”, acierta uno de estos personajes. Buen fin de semana.
Citas destacadas:
“Cualquier discusión con un poderoso acababa igual. La aristocracia tenía la razón por el hecho de serlo, al margen de las leyes, las promesas o la lógica. Solo los pobres debían acatar las normas”
“A los patrones no les gustaba que sus trabajadores fueran demasiado listos. «No te pago para que pienses —solían decir—, te pago para que hagas lo que se te ordena»”
“¿Acaso hace algún bien toda esa cháchara revolucionaria? Solo provoca que la gente se sienta insatisfecha con lo que le ha tocado en suerte. ¿Para qué querían un Parlamento si no era para mantener la paz y aplastar a los alborotadores?”
“Cualquier hombre que defienda los derechos de los trabajadores se arriesga a que lo cuelguen. Nos estamos convirtiendo en un país de cobardicas”
Las claves:
- Título: La armadura de la luz.
- Autor: Ken Follett.
- Género: novela histórica.
- Año de publicación: 2023.
- Páginas: 832.
Y a pesar de todo, habrá que leerlo.