• Cerca de 200 profesionales debaten sobre Geriatría

    Guadalajara acoge el XXII Congreso de la Sociedad Castellano-Manchega de Geriatría y Gerontología

    Sanitarios de los servicios de Geriatría de Castilla-La Mancha debaten en Guadalajara sobre una realidad, que todos los estudios de prevención indican que España en las próximas décadas será uno de los países con la población más envejecida, estimándose que la población mayor de 65 años alcanzará una tasa del 35 por ciento en el año 2040.

    Guadalajara acoge el XXII Congreso de la Sociedad Castellano-Manchega
    Jara, momentos antes de la inauguración del XXII Congreso de la Sociedad Castellano-Manchega de Geriatría y Gerontología, que se celebra en Guadalajara.

    La clave: “Aportar calidad a los años de vida ganados”

    Así lo ha indicado hoy el director gerente del Sescam, Alberto Jara, durante la inauguración en Guadalajara del XXII Congreso de la Sociedad Castellano-Manchega de Geriatría y Gerontología que, durante dos días, congrega en Guadalajara a cerca de 200 profesionales en un encuentro en el que se pondrá el foco en la asistencia a este grupo de población más allá de la atención hospitalaria.

    “En línea con esta filosofía, el Plan de Abordaje Integral de la Cronicidad y la Prevención de la Fragilidad persigue un objetivo prioritario y que no es otro que aportar calidad a los años de vida ganados y disminuir el tiempo de discapacidad”, ha destacado el gerente del Sescam.

    Afortunadamente, ha explicado que, en los países desarrollados y de manera muy significativa en el nuestro, tenemos un incremento progresivo de la esperanza de vida, lo que conlleva un incremento también de las necesidades de diagnóstico, tratamiento y cuidado de las patologías más frecuentes asociadas al envejecimiento.

    Un reto

    Estas expectativas, ha indicado, suponen todo un reto paras los sistemas sanitarios y de bienestar social, ya que la discapacidad, además de una importante pérdida de calidad de vida, constituye una de sus principales amenazas por su importante impacto económico.

    “Uno de los principales determinantes de la discapacidad es la fragilidad. Un determinante prevenible y reversible en muchos casos. Afrontarla adecuadamente proporciona más años y calidad de vida al paciente y conlleva una mayor eficiencia en el uso de los recursos sanitarios”, ha señalado Jara.

    Protocolo de Cribado de Fragilidad

    Para ello se han establecido doce objetivos generales entre los que se encuentra la detección y valoración a las personas mayores frágiles para intervenir precozmente en la prevención del deterioro funcional. En relación a este aspecto, ha anunciado que próximamente se incluirá en la historia clínica de Atención Primaria un Protocolo de Cribado de Fragilidad.

    Según ha explicado Jara, en Castilla-La Mancha se han venido desarrollando desde hace años diferentes actividades de detección precoz, diagnóstico e intervenciones relacionadas con el abordaje de la fragilidad y la prevención de caídas desde Atención Primaria, sin que en Turriano existieran las herramientas necesarias para su registro en la historia clínica del paciente.

    Por otra parte, ha destacado los avances registrados en la estratificación de la población según morbilidad con el objetivo de identificar a aquellos pacientes con mayor riesgo de eventos adversos de salud, fragilidad y discapacidad. Así, actualmente tanto en Turriano, como en Mambrino XXI y en el Visor Clínico que une a ambas historias clínicas, se señala de forma destacada el Grupo de Morbilidad Ajustada que corresponde a cada persona.

    Atención temprana

    Igualmente, ha mencionado, el desarrollo de nuevos circuitos para la atención temprana y de calidad para garantizar la continuidad asistencial en pacientes en riesgo. Dentro de estas medidas ha mencionado las unidades de continuidad asistencial a personas crónicas complejas, conocidas como UCAPI, que facilitan el acceso y una gestión ágil de los pacientes entre los dos niveles asistenciales, proporcionando los cuidados más adecuados a las necesidades del paciente.

    En este sentido, ha abogado por un abordaje multidisciplinar y coordinado entre distintos profesionales para facilitar una adecuada valoración integral, el desarrollo de un plan de intervención realmente adaptado y centrado en la persona, impulsar un modelo integral de atención y cuidados para las personas mayores, fomentar la continuidad asistencial y transición entre niveles para la promoción del envejecimiento saludable, así como un programa de detección y diagnóstico homogéneo.

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