• Las horas extras aumentan el riesgo de ictus

    El Autor

    Luis Rodríguez Padial

    Jefe de Servicio de Cardiología. Complejo Hospitalario de Toledo

    Está demostrado que las horas extras, entendidas como exceso de trabajo, son un factor de riesgo a la hora de sufrir un ictus. Sin embargo, en Castilla-La Mancha, unos 55.000 trabajadores han realizado horas extras en el primer trimestre de este año, incrementándose en número de horas y trabajadores implicados de forma muy significativa año tras año, superando la media nacional en todos los parámetros.

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    En Castilla-La Mancha, unos 55.000 trabajadores han realizado horas extras en el primer trimestre de este año

    En España, más del 51% de los trabajadores trabaja horas de más

    Aunque el trabajo suele reportar importantes ventajas para la salud, lo cierto es que, como muchas otras cosas en la vida, el exceso del mismo podría acarrear riesgos para la salud, un peligro que amenazaría un gran número de trabajadores: 22% de los trabajadores a nivel mundial trabaja más de 48 horas a la semana, y, en España, más del 51% de los trabajadores trabaja horas de más y el 46% de los que realizan trabajo liberal hace más de 4 horas extras a la semana.

    El debate sobre el impacto del trabajo excesivo sobre la salud se ha mantenido durante mucho tiempo, y se ha visto reavivado recientemente gracias a un estudio realizado en una población francesa, perfectamente trasladable a nuestra realidad regional, en el que se ha observado que las personas que trabajan horas extras durante años tienen un mayor riesgo de presentar un accidente cerebrovascular, también conocido como ictus, especialmente si son jóvenes. Casi 150.000 personas, incluidos en el estudio CONSTANCES, han sido seguidas desde 2012, y al final del seguimiento se han detectado 1.224 episodios de ictus.

    Un mal del 29% de la población

    El 29% de la población realizaba “muchas” horas extraordinarias, entendidas como trabajar más de 10 horas al día durante al menos 50 días al año, y el 10% reconocía haberlas realizado durante 10 años o más.

    Los participantes que trabajaban muchas horas extras tenían un riesgo un 29% mayor de presentar un accidente cerebrovascular, que era un 45% mayor en aquellos que habían trabajado muchas horas extraordinarias durante 10 años o más; este riesgo era aún mayor en los menores de 50 años.

    No se observaron diferencias entre sexos, aunque sí parece que los trabajadores de oficina tienen un riesgo mayor que los que realizan trabajo manual. Aunque no se estudiaron las posibles causas de este incremento de ictus, los datos son llamativos.

    Salud Mental

    En otros estudios previos también se ha observado que las personas que trabajan demasiado tiempo pueden tener peor salud mental y dificultades para dormir. Además, también se ha observado que los turnos de trabajo irregulares, el trabajo nocturno o la tensión laboral pueden ser responsables de condiciones de trabajo poco saludables, y, por tanto, asociarse con una mayor frecuencia de presentar enfermedades cardiovasculares.

    Hay puestos y negocios exentos

    No obstante, no todos los datos apuntan en la misma dirección. En estudios anteriores se ha observado que trabajar muchas horas no siempre produce efectos negativos, bien es cierto que, en este caso, se incluían dueños de negocios, directores, agricultores, profesionales y gerentes de empresas. El motivo de esta discrepancia podría deberse a que esos grupos generalmente tienen una mayor libertad de decisión sobre su trabajo, por lo que puede deducirse que la actitud mental ante el trabajo y la alineación entre las preferencias individuales y las demandas del puesto de trabajo parecen esenciales para determinar el impacto del mismo sobre la salud.

    Pero incluso los trabajadores por cuenta ajena, aquellos que sí podrían verse perjudicados por el exceso de horas extras, pueden evitar los efectos adversos del exceso de trabajo, en caso de verse obligados a realizarlo.

    Cómo prevenirlo

    La Asociación Americana del Corazón señala que hay muchas cosas sencillas que pueden hacerse para prevenir el ictus, y que son esenciales en estas circunstancias donde un mayor estrés puede incrementar el riesgo; entre estas se encuentran comer una dieta saludable, realizar ejercicio físico, no fumar y controlar el resto de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, obesidad, etc.). Una vez más, y como en otras muchas situaciones, nuestra actitud, entendida como la forma de reaccionar ante las cosas que nos suceden en la vida, es esencial para determinar nuestro futuro.

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