• La presión asistencial quita el sueño a los médicos

    El insomnio y los médicos se han convertido en un binomio en aumento durante y después de la pandemia. Las listas de espera, la burocracia, los comportamientos agresivos van, gota a gota, llenando el vaso. El contexto laboral existente en la Atención Primaria, con una alta carga y presión asistencial, es un factor que predispone a un incremento de los casos de insomnio en sus profesionales sanitarios, así como una mayor expresión en la gravedad de dicha enfermedad.

    El insomnio y los médicos se ha convertido en un binomio en aumento durante y después de la pandemia.

    La carga de trabajo, clave en los desvelos de los sanitarios

    En concreto, los factores que los médicos de Atención Primaria identifican como determinantes para sufrir insomnio son la carga de trabajo (76,32%), el escaso reconocimiento profesional (46,99%), los problemas con los usuarios (37,34%), el mal clima laboral (35,34%), los problemas con su salud (26,78%), problemas de inseguridad laboral como la temporalidad (20,04%) y los problemas económicos (el 17,49%). 

    Así se desprende de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Alianza por el Sueño a 549 médicos de Atención Primaria, de los cuales el 46,27% tenía entre 56-70 años, el 36,07% estaba en la franja de edad de 41-55 años y el 16,94% entre 26-40 años.

    El insomnio es una enfermedad de 24 horas que afecta a la noche y el día de quienes lo padecen, ya que al problema de sueño nocturno se asocia a una somnolencia diurna que afecta a la actividad diaria, provocando cansancio, fatiga, irritabilidad, incapacidad de gestionar emociones y otros problemas de salud relacionados y tienen un alto impacto en calidad de vida y en su día a día de las personas que lo sufren.

    Ansiedad y depresión

    El insomnio, tanto en los médicos como en cualquier persona, tiene una relación bidireccional con la ansiedad y la depresión y es un factor de riesgo de suicidio. En lo que se refiere a profesionales sanitarios estudiados, el 10,4% tenían ausencia de insomnio clínico, el 52,6% de insomnio subclínico, el 32,9% de insomnio clínico y el 4% de insomnio grave, según el estudio.

    Como se ha observado en estudios anteriores, la relación entre el sueño o la carencia de calidad y cantidad de sueño afecta a la productividad laboral. El departamento de Sueño de la Universidad de Harvard ha demostrado que cualquier intento de mejora de la productividad a corto plazo por madrugar mucho o acostarse tarde, es decir, quitar horas y calidad de sueño, se elimina rápidamente por los efectos perjudiciales de la falta de sueño en el estado de ánimo, la capacidad de concentración, y el acceso a funciones cerebrales del nivel superior durante los siguientes días. Una persona que duerme mal es más agresiva, tiene más ansiedad o afectación anímica, dificultando la comunicación y la concentración en su trabajo.

    Ansiolíticos

    La elevada carga laboral en la Atención Primaria y la citada afectación en su productividad, lleva a los médicos que sufren insomnio a gestionar este problema de salud con medicamentos, según se constata en este estudio. Entre los resultados cabe destacar que el 51% de los médicos de Atención Primaria que padecían insomnio declaraba estar consumiendo medicación para paliarlo, siendo los ansiolíticos (tranquilizantes) las sustancias más utilizadas y seguidos de hipnosedantes. En este sentido, el 22,2% de los encuestados lo consumen alguna vez al mes, el 12,7% varias veces a la semana y el 16% diariamente.

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    Un comentario

    1. ¿QUé tendrá que decir al respecto de esta noticia el señor Isidoro?
      ¿Que los médicos nos hacemos las víctimas y que lo tenemos merecido?
      En fin serafínnn

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