• “La situación es peor de lo que puedan pensar los pacientes”

    Llegar hasta el médico de Familia se complica

    Lo advierten desde los servicios de urgencias hospitalarias y lo comprueban los pacientes a diario: no hay manera de contactar con el médico de Familia en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). Por Internet las demoras superan la semana y por teléfono salta una centralita que nada tiene que ver con el centro de salud. En este contexto, el presidente regional de la Sociedad de Médicos de Familia (SEMG), Juan Jesús López Pérez, advierte: “La situación es peor de lo que puedan pensar los pacientes”.

    No hay manera de contactar con el médico de Familia en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). ¿Por qué?

    Situaciones cotidianas, como la necesidad de una medicación o un simple dolor de muelas acaban en los servicios de urgencias porque no hay manera de sortear la barrera que aísla al centro de salud, una centralita regional, que salta después del tercer tono, y una demora que hace que la cita por Internet resulte inoperativa.

    Así, el Dr López Pérez, que ejerce en Toledo, ha advertido, como presidente de la SEMG, de “deficiencias brutales”. En su opinión, se dan un sinfín de circunstancias que desembocan en “la desatención del paciente”.

    “Están contratando a gente con importantes deficiencias de cara al paciente”

    Este especialista no ha dudado en acusar a los sindicatos de inmovilismo ante una situación que no deja de empeorar. Asegura que falta personal y el poco que se ha contratado para el verano “no sabemos de dónde sale”. “Están contratando a gente con importantes deficiencias de cara al paciente”, advierte, al tiempo que insiste en que limitar las agendas no es la solución. “Si te limitas a 35 pacientes, quién atiende al 36. Más sentido tiene la opción de Madrid, que pone un refuerzo para que esos enfermos tengan la atención garantizada”.

    El presidente regional de SEMG insiste en que “estamos muy decepcionados”. A la falta de protocolos de asistencia se suma la impotencia de derivar a los pacientes al especialista como “urgentes” sin saber cuándo los van a ver.

    “Te levantas por la mañana sin saber a qué te enfrentas, cuántas salidas, cuántos pacientes o si vas a estar solo o con refuerzos. Vamos a acabar todos en el psiquiatra”, señala este médico de Familia del Sescam mientras agosto no ha hecho nada más empezar.

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    Un comentario

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      ¿Es que nadie controla la actividad de los médicos?

      Nuestro país, y por ende, Castilla-La Mancha, se encuentra entre las naciones occidentales con una mejor dotación de médicos. Esto, parece ser, que lo único en que se traduce, es que seamos, también líderes en la utilización (inadecuada) de antibióticos, o en el uso (inapropiado) de tranquilizantes. De momento, no contamos con clasificaciones internacionales de utilización improcedente de medios, consultas, pruebas diagnósticas… Sin duda también en eso, España (y Castilla-La Mancha) estaría en el podio.
      En mi opinión, la pasada pandemia Covid-19, ha servido para la generalización de un menor rendimiento en nuestras administraciones de salud (una por cada taifa autonómica sanitaria). Tal vez el estamento médico, con las pasadas algaradas callejeras, haya conseguido que la opinión pública se olvide de pedir responsabilidades a los gestores y administraciones sanitarios, -siempre, no nos olvidemos, médicos-, por el abordaje de la referida crisis sanitaria.
      Considero inaceptable que nuestras organizaciones políticas, corroídas por el corporativismo galénico entre sus filas, sean incapaces de afrontar el “problema”, irreal , de una supuesta falta de médicos. Que no expliquen a la sociedad que nos encontramos ante un problema artificial que solo persigue aumentar los privilegios y prebendas del médico, frente a otros colectivos sanitarios.
      Un servidor, se inclina por pensar que no pocos galenos persiguen hundir nuestra sanidad pública para afianzar los negocios sanitarios (privados). Y todo ello, para garantizar la estabilidad de su ocupación vespertina.
      Estimo que dejar en manos del colectivo galénico la dirección de nuestra sanidad, en exclusiva, podría suponer una utilización irregular de los recursos y medios sanitarios públicos. Es hora de que se ejerza un mínimo control sobre el rendimiento y cumplimiento de la jornada de trabajo de muchos médicos. Y ello, por puro interés de la sociedad.
      Y claro que “llegar hasta el médico de Familia se complica”. Pero esto no es nuevo. Que se lo pregunten a miles y miles de ciudadanos castellano-manchegos durante la pasada pandemia. Alarmar, de forma gratuita, no creo que sea la solución, o sirva para algo.

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