• La protesta contra García-Page que no prosperó

    El día 9 de julio corrió por las redes sociales un mensaje que advertía de que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, iba a visitar el Hospital General Universitario de Albacete para inaugurar un TAC. Se empezó entonces a organizar la estrategia para que el presidente fuese consciente del malestar del personal sanitario.

    protesta García-Page

    La cacerolada quedó en nada

    Conforme pasaban las horas, crecían los mensajes entre el personal, pero cada vez más confusos. Se cruzaban citas para una cacerolada en Albacete, en Villarrobledo, en el Hospital General Universitario o en la Dirección Provincial de Sanidad. Y es que la agenda del presidente se contradecía.

    Finalmente, a las 7 de la tarde, se confirmó que el presidente vendría a Albacete, pero a la sede de la Delegación de la Junta y a la Base Aérea de Los Llanos, por lo que se convocó una cacerolada en la calle de la Feria a las 10 de la mañana del día 10 de julio.

    En este contexto, la confusa protesta, que obligó al despliegue de la Policía Nacional, quedó en nada. No hubo cacerolada ni protesta alguna. Todo quedó en un pequeño grupo de albaceteños que le gritó “sinvergüenza” y “traidor”, en lo que pareció más una expresión espontánea que una protesta organizada.

    Así, el presidente completó su jornada en Albacete, con anuncios para los hospitales de Albacete, Almansa, Villarrobledo y Hellín, sin contratiempos.

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