• Protocolo sanitario común frente a la violencia sexual

    El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ha aprobado un protocolo común para la actuación sanitaria ante la violencia sexual elaborado por diferentes profesionales del conjunto de las comunidades autónomas.

    El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ha aprobado un protocolo común para la actuación sanitaria ante la violencia sexual

    El objetivo general es establecer criterios comunes de actuación profesional, normalizada y homogénea, para el conjunto del país, respecto a la detección, valoración e intervención en casos de violencia sexual pasada o reciente en mujeres adultas, niñas, niños y adolescentes, incluyendo los casos de menores a cargo de mujeres que sufren o han sufrido violencia en el ámbito de la pareja.

    Estas pautas se constituyen con la intención de disponer de una atención sanitaria integral, ágil, respetuosa y eficaz para todas las víctimas.

    Este protocolo además cuenta con objetivos específicos, como garantizar una actuación coordinada con los forenses.

    También se considera fundamental actualizar el conocimiento basado en la experiencia y la evidencia científica de los últimos años, proporcionando al personal sanitario herramientas comunes para la toma de decisiones e intervención sanitaria integral, humanizada y de calidad en los casos de violencia sexual.

    Intimidad

    Además, el protocolo tratará de promover la capacitación de quienes han sufrido o sufren violencia sexual en el servicio sanitario, procurando: un espacio de intimidad y confidencialidad adecuado durante las exploraciones, la recogida de muestras en un acto único, incluyendo la emisión del parte de lesiones, el registro en la historia clínica y el seguimiento de derivaciones y consultas.

    Los más vulnerables

    En materia de violencia sexual es necesario tener presente contextos de mayor vulnerabilidad como: discapacidad, problemas de salud mental, migración, identidad sexual y otros, que puedan suponer un riesgo añadido de que sus derechos no sean respetados.

    Cabe destacar dos ámbitos desde los que, en opinión del Ministerio de Sanidad y las consejerías, es especialmente relevante la difusión y aplicación de este protocolo: en primer lugar, desde Atención Primaria, por su proximidad y contacto cercano y continuado.

    Y, en segundo lugar, desde Atención Hospitalaria, donde sus profesionales pueden mantener una actitud activa y de alerta, sobre todo en servicios de urgencias y en especialidades como Ginecología y Obstetricia, Pediatría y Salud Mental), pudiendo realizar preguntas exploratorias ante una sospecha para mejorar la detección y la calidad de la atención que se ofrece.

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