
Alberto Martínez López-Picazo ejercerá la psicología desde el sacerdocio. Este albaceteño estudia en el Seminario de Orihuela (Alicante), ya que la falta de vocaciones llevó hace años a que el centro albacetense cerrara sus puertas para la formación sacerdotal. Con vocación de médico en un principio, este joven de 29 años, actualmente psicólogo y seminarista, se dedicará en breve a sanar almas.

Alberto Martínez López-Picazo se prepara, después de estudiar Psicología, para el sacerdocio
Igual que Juan Iniesta, el médico que se ordenó sacerdote, la vocación de Alberto Martínez López-Picazo ha sido tardía, tanto que ha entrado en el seminario con la carrera de Psicología terminada, después de empezar el máster para el doctorado y preparar una oposición.
Pero si bien este seminarista era un católico practicante, hasta 2019 su fe era de andar por casa, reconoce que iba a misa los domingo porque tocaba, nada más. De hecho, si no pisaba la iglesia tampoco le suponía una gran preocupación. Sin embargo, poco a poco, la llama que llevaba años apagándose creció hasta que se vio en la tesitura de decir en su casa que quería ser sacerdote, lo que, en un principio, «los dejó en estado de ‘shock'».
No sabía ni dónde ni cómo empezar la carrera sacerdotal, que conlleva seis años de estudios, pero en la actualidad Alberto Martínez está en el ecuador de su formación. Después de un año de iniciación, dos de Filosofía, tres de Teología y uno de Pastoral, el seminarista está preparado para cantar misa. En el caso de este joven, que cursa segundo de Filosofía, el paso llegará dentro de tres años.
«Hasta el año pasado, en el seminario, no vi una psicología sana y espiritual»
En 2018, con la intención de vivir al máximo, se fue a Londres. Y desde entonces se precipitó todo. Empezó la preocupación por cultivar su alma. Además, los estudios de Psicología en Madrid, en la Universidad Complutense, le habían chocado tanto que en tercero regresó a Albacete para terminar en la Universidad a Distancia (UNED). «Hasta el año pasado, en el seminario, no vi una psicología sana y espiritual. En la Complutense vi una psicología muy materialista, que se olvidaba de la parte espiritual. Yo creo que la persona es mucho más y que podré ayudar a mucha gente», reflexiona ahora.
A quien tenga problemas de depresión y ansiedad, este psicólogo recomienda «que ponga los ojos en Cristo y en la Cruz, que todo tiene un sentido, que Él sufrió y sabe por lo que está pasando». También reconoce Alberto Martínez que si alguien le hubiese dado este consejo antes de 2019 hubiera pensado que había perdido la cabeza.
«No puede haber cristiano sin cruz»
Él insiste en que la sociedad impone la felicidad cuando la vida no es fácil. «No puede haber cristiano sin cruz», reflexiona al tiempo que espera, como sacerdote, ayudar a todos aquellos a los que la cruz pese en exceso a cargar con ella.
Sabe que hoy en día no es fácil ser sacerdote, que ni siquiera está bien visto, pero se repite que «el mayor fracaso, morir en la Cruz, se convirtió en la mayor gloria».