• Reaparece la salmonela

    El paciente debe recordar qué y dónde ha comido para que los técnicos de sanidad actúen y encuentren el foco.

    El año pasado enfermaron más de 120 personas por toxiinfecciones alimentarias, gastroenteritis provocadas por virus y bacterias presentes en la comida, y este año ya se han detectado dos brotes con la salmonela como protagonista. Para evitar que las bacterias aniden en los alimentos provocando vómitos y diarreas, como habría pasado a los bomberos de Yeste, es imprescindible extremar la higiene y guardar la cadena de frío.

    Y es que el desencadenante puede estar en el ámbito doméstico o fuera. Así, Salud Pública ha informado de que en Albacete se detectaron tres brotes el año pasado. Se confirmaron tres afectados por comer ensalada en un restaurante; 25 afectados en una Residencia Geriátrica y 98 personas, de entre 13 y 17 años, que participaban de una convivencia deportiva. En ninguno de estos brotes fue necesario ingresar a los pacientes. No obstante, el desencadenante fue un virus en el caso de la residencia y una bacteria muy común, clostridium, en la convivencia.

    Asimismo, este año la salmonela ha desencadenado cinco ingresos hospitalarios en dos brotes que han afectado a once personas. En ambos casos, el origen ha estado en la hostelería, concretamente en unas tapas.

    Este año la bacteria ya ha provocado cinco ingresos hospitalarios

    Los técnicos de Salud Pública insisten en que es muy importante que los pacientes informen bien de los síntomas y qué y dónde han comido cuando hablen con su médico, ya que estos datos son claves en el trabajo de técnicos e inspectores sanitarios para detectar los brotes, es decir, las toxiinfecciones en las que hay más de dos personas afectadas.

    No hay que olvidar que, en estos casos, la bacteria más temida es la salmonela. Presente en los animales, fundamentalmente en las aves y en productos derivados como el huevo, es una bacteria que provoca salmonelosis, una intoxicación alimentaria que causa náuseas, vómitos, fiebre, diarrea y dolor de cabeza, lo que puede llegar a resultar muy grave en niños y ancianos por deshidratación.

    Las campañas y controles sanitarios han surtido efecto, pero no hay que bajar la guardia porque la salmonela sigue ahí. Hay que tener especial cuidado con las cáscaras de los huevos porque el caldo de cultivo de esta bacteria son las heces de los animales.

    Las mayonesas, el pollo o los huevos deben estar a una temperatura máxima de 8 grados, pero antes de romper la cáscara es recomendable lavar bien el huevo, incluso con detergente.

    También es fundamental, pero para prevenir cualquier intoxicación alimentaria, lavarse las manos antes de manipular los alimentos y, sobre todo, después de utilizar el aseo. Y es que la salmonela no es el único microorganismo que provoca gastroenteritis.