• “Enfermería es el legado que dejo a mis hijos”

    Fallece la enfermera Riánsares González, madre de siete hijos, ejerció cuando el verbo conciliar era una entelequia

    En el siglo pasado, las enfermeras eran mayoría en un mundo de hombres. En un contexto en el que casi todas las mujeres eran amas de casa, ellas lidiaban con el doble papel, como fue el caso de Riánsares González, quien, con siete hijos, asumió el rol de madre trabajadora en un panorama en el que el verbo conciliar ni se conjugaba. Con motivo del Día de la Mujer, Diario Sanitario rendía homenaje en 2021 a las enfermeras, a las Florence Nightingale y Zendal anónimas que, como Riánsares, merecen que se reconozca su mérito. Anoche, la enfermera albaceteña fallecía a los 88 años.

    A los 18 años, Riánsares González era enfermera

    La historia de Riánsares González Sánchez es la de aquellas mujeres del pasado siglo XX que tuvieron que esforzarse el doble que cualquier hombre para estudiar y trabajar. Hija de un empleado de la Fábrica de Harinas de Albacete y de un ama de casa, esta albaceteña debe su trayectoria a su esfuerzo y a una maestra del Colegio Cervantes que habló con su madre para que continuara estudiando.

    Riánsares era la pequeña de ocho hermanos. Cuando tenía 6 años, una de sus hermanas, que era enfermera, murió en su casa al dar a luz, víctima de una infección. A sus 88 años, aún recuerdaba como si fuera ayer el momento en el que su hermana agonizaba en la cama. Desde entonces, supo que quería ser enfermera como ella.

    Su madre accedió a que continuara estudiando, como le pidió encarecidamente la maestra, y la joven consiguió una beca con la que terminó Bachillerato. En aquellos tiempos, las enfermeras se preparaban en Albacete, durante tres años, y se examinaban en la Facultad de Medicina de Valencia. Pero Riánsares no podía permitirse estar tanto tiempo sin trabajar así que se preparó los contenidos de tres años en uno y, para sorpresa de su mentor, a los 18 años era enfermera.

    Trabajó desde el primer día, en un ambulatorio primero, en la vieja residencia después y finalmente en el Hospital General de Albacete, donde se jubiló a los 62 años después de haber ejercido durante más de cuatro décadas.

    Riánsares enfermera
    La enfermera Riánsares González en su etapa de estudiante.

    Una saga dedicada a la Enfermería

    Divorciada cuando la pequeña de sus siete hijos tenía meses, Riánsares trabajó de noche para sacar adelante a una gran familia a la que ha transmitido su pasión por la enfermería. Y es que seis de sus siete hijos se han dedicado al mundo sanitario, cinco a la enfermería y una a la podología. Además, presume también de un nieto que va camino de ser digestólogo.

    Le pesaba que le faltaran medios para que uno de sus hijos, ahora matrón, llegara a ser médico, pero si Riánsares volviese a nacer, sería una y otra vez enfermera. De hecho, en una entrevista en febrero de 2021 no dudaba al afirmar que una buena enfermera sabe más que cualquier médico de la evolución de un paciente. Así, este enfermera no olvidará nunca cuando, estando con los recién nacidos, en las incubadoras de Neonatos, un médico se dio por vencido con un niño que agonizaba. Ella recurrió a todos sus conocimientos y al día siguiente el pequeño prematuro estaba recuperado. El médico le dio la enhorabuena y Riánsares sumó a su historial una nueva vida.

    Riánsares enfermera

    “Enfermería ha sido la herencia de mi hermana”

    Enérgica, presumida, inteligente y trabajadora. Mérito, capacidad y esfuerzo han acompañado a esta enfermera albaceteña, encerrada en casa en el mes de febrero esperando la segunda dosis de la vacuna del coronavirus para volver a salir a la calle.

    Ha transmitido a sus hijos su pasión, hasta el punto de que ha llegado a coincidir con ellos trabajando en quirófano, donde pasó los últimos años antes de la jubilación.

    “La de enfermera es una vida de emociones y tristezas, porque somos nosotras las que estamos día y noche con el enfermo, las que conocemos su evolución mejor que el médico. En mi época, amortajabas, acompañabas, cogías la mano; aliviabas el sufrimiento. Enfermería ha sido la herencia de mi hermana y el legado que he dejado a mis hijos”, decía orgullosa, a los 88 años, la enfermera Riánsares González.

    La de enfermera es una vida de emociones y tristezas

    Riánsares enfermera
    Riánsares, ‘Rian’, con sus siete hijos y uno de sus hermanos en una imagen de archivo.

    8 comentarios

    1. Gracias, Rian, por tu entrega a los pacientes, por no darte nunca por vencida, y salvar la vida del pequeño prematuro, y por ser una mujer inspiración para todas.
      Concha Gómez, presidenta de APREM (Asociación de Padres de Niños Prematuros)

    2. Yo también he sido enfermera, estoy convencida que nací para ello siempre he cuidado a los demás, no sabría hacer otra cosa, he trabajado en cinco hospitales y si volviera a nacer volvería a hacer lo mismo, he acompañado a muchos moribundos, hablado a muchos abuel@s en sus últimos momentos y he cogido por primera vez a muchísimos niños, esta vida no la cambiaria por ninguna otra.

    3. Maria gladys morales flores

      Muchas felicidades comparto la mejor la mas hermosa profesion a mis 18 años tambien era enfermera en mi pais colombia alli me jubile alos 57 años ahora tengo 60 vivo en madrid tambien vivo muy orgullosa de mi profesion

    4. Qué sorpresa y alegría me he llevado al leer esta noticia. ¡Los milagros de internet! Más de 20 años han pasado sin vernos y te descubro aquí Raquel, con toda tu familia. Felicidades a toda esa familia enfermera y en especial a tu madre por su trayectoria. Un fuerte abrazo

    5. Mi abuela ha sido una persona fantástica jamás la vi triste a pesar de que tenía muchísimas responsabilidades trabajaba atendía a sus hijos atendía a sus nietos y tenía que aguantar muchas cosas te he pasado a pesar de ello fue una gran profesional una excelente madre y abuela y una bellísima persona que tenía muchos amigos ojalá pudiera clonarla porque estoy convencida de que ella no estaba en su época y en esta que viene tenía muchísimo que dar

    6. Me acompañas cada vez que viajo y cuando lloro por mi hija, siento que ahí estás y veo claramente tu mirada en el sofá.
      Extraño físicamente tu sonrisa pero nada más. Se que tu cuerpo descansó y que el alma no se va…Miró tus fotos,escucho tus audios y cada vez soy más consciente de que eras el altar. Algunas personas se dispersan cuando una madre se va. Pero el quererte y recordarte tanto, es lo que siempre nos unirá y con el tiempo todo volverá a ser igual.
      Yaya mientras vuelas por el cielo de la Mancha,siempre has de recordar que toda tu familia sigue cogiendo tu mano y que jamás la vamos a soltar.Te quiero

    7. Te echo tanto de menos….añoro esas charlas tan interesantes , en ocasiones muy graciosas. Ya no se donde hablarte, miro tu foto y parece que tus ojos me estén escuchando,observó el sol para ver si un rayo de energía me atraviesa sintiendo que estás ahí…La vida me sacudió mil veces sin dejarme reaccionar;subí peldaños podridos que al romperse , me hacian caer al vacío una y otra vez. Pero desde que solo quedó tu cuerpo inicié un camino de autoreflexion por el que por primera vez me siento segura para enfrentar mi vida, te aseguro que tu ausencia fue la clave para derrumbar todos mis miedos. De alguna manera estás. No te vayas otra vez.

    8. Te quiero ,te quiero,te quiero,te quiero!!!!!

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