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Una instrucción de la Dirección General de Recursos Humanos del Sescam establece la equiparación del personal de las residencias de ancianos con el del Sescam a efectos de la prevención de contagios por COVID-19. Así, estará sometido a los mismos protocolos. La decisión, publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, se refleja en noviembre, cuando han muerto cerca de 1.600 ancianos y aún hay 71 centros con más de 300 residentes contagiados.
Los trabajadores de estos centros se someterán a los mismos protocolos de detección precoz y protección
“A este colectivo de profesionales les serán de aplicación los mismos protocolos de actuación vigentes para el personal que presta sus servicios en las Instituciones Sanitarias del Sescam, en los términos incluidos en las últimas versiones de los protocolos aprobados por el Ministerio de Sanidad”, aclara la instrucción.
En particular, se incluye a estos trabajadores en los documentos “Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19”, “Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de COVID-19” y “Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al SARS-COV-2 (COVID-19)”.
De los documentos citados en la instrucción se traduce que el personal de las residencias de ancianos deberá someterse a la misma prevención de riesgos laborales, así como a idéntica protección, pruebas y protocolos que a los trabajadores del Sescam. De hecho, estos profesionales han entrado también en el programa de apoyo psicológico.
En las residencias de ancianos de Castilla-La Mancha trabajan más de 3.500 empleados que atienden a 5.000 residentes, personas que se han confirmado como las más vulnerables frente al coronavirus, de ahí la importancia de proteger y frenar los contagios entre quienes los cuidan, situación que no se dio durante la primera oleada.
