• Un ‘tsunami’ para la sanidad privada

    Divorcio entre los médicos y las compañías

    El Autor

    Ignacio Guerrero

    Presidente de Unipromel

    El actual modelo de nuestro sistema sanitario privado concertado está agotado, por culpa del divorcio entre los médicos y las compañías aseguradoras, que han buscado solo su beneficio sin aceptar ningún tipo de diálogo. 

    El actual modelo de nuestro sistema sanitario privado concertado está agotado, por culpa del divorcio entre los médicos y las compañías.

    Desde la Asamblea de la Vocalías de ejercicio libre celebrada con motivo del Congreso de Medicina privada de Sevilla en el otoño de 2019, en la que se decidió la constitución de la Asociación Unión Medica Profesional, Unipromel, venimos reclamando una negociación con las aseguradoras, que se han apropiado de nuestro sector y han  secuestrado a nuestros clientes potenciales mediante la oferta de servicios médicos.  La comercialización de  seguros de salud ha pervertido la relación Médico-Paciente libre sometiendo a ambos al poder económico de las compañías, que se han convertido en los administradores exclusivos imponiendo sus leoninas condiciones.  

    Hace doce años

    Por si fuera poco, hace unos doce años se produjo una necesaria renovación de nuestra infraestructura hospitalaria privada que, en vez de ponerse al servicio de médicos y pacientes, aprovechó su posición de fuerza y estableció su propia oferta de servicios médicos, compitiendo de forma desleal con los que deberían ser sus clientes, los médicos, y se apropiaron también de nuestros pacientes. 

    Este entramado de intereses donde conviven las aseguradoras con su patronal UNESPA y los Hospitales con la suya, Aspe, exigía la creación de una patronal de los médicos, que defendiese los intereses de los médicos y pacientes, como es Unipromel.  

    La reforma

    Estos poderosos  actores económicos en vez de ver en Unipromel un agente necesario para poder negociar la reforma del modelo, se han empeñado en que no tengamos éxito para continuar con su política de dominio del sector, sin contar ni con los médicos ni con los pacientes, actores necesarios y principales que ven como las únicas mesas donde se decide el futuro del sector son las de UNESPA y Aspe o la mucho más explícita de la Fundación IDIS. 

    A la dificultad del nacimiento de una gran Asociación profesional y patronal de los médicos, asistimos en 2020 a la pandemia por COVID, que hubiera sido un punto de partida para la reflexión y para iniciar ese diálogo y construir todos juntos un nuevo modelo: Pero no, los que mandan en el sector siguieron ignorando nuestra oferta de negociación expresada además por la propia OMC y muchos Colegios y Sociedades científicas. 

    Baremos abusivos

    Los poderosos siempre cometen los mismos errores de ignorar a su contraparte. Ya ocurrió con la banca cuando no quiso reconocer las reclamaciones de los clientes que pedían la eliminación de las famosas cláusulas suelo y los jueces sentenciaron en contra de esos artificios bancarios. Ahora sucede lo mismo con las compañías aseguradoras. No quieren darse cuenta de que la imposición de unos baremos abusivos a los médicos va a traer como consecuencia el tsunami médico.

    El cambio

    El tsunami del abandono y denuncia masiva de contratos que derribará el actual modelo y pondrá en su sitio a cada actor. El nuevo arquetipo consistirá en que los médicos y los pacientes libres tendrán una relación directa, acordarán el precio de la  atención sanitaria y las aseguradoras abonarán los gastos derivados y pactarán con los hospitales, probablemente, una cartera de servicios asistenciales, dejando al margen los honorarios médicos. 

    Si las aseguradoras tensan la relación entre médicos y hospitales imponiendo sus condiciones, el desenlace será la intervención de la Inspección Laboral por situaciones de autónomos falsos y dependientes; la de Hacienda por la desviación de rendimientos profesionales a empresariales y de la inspección de Sanidad, por la obligación de cumplir con los ratios exigidos a los centros públicos y el endurecimiento de las autorizaciones de funcionamiento.

    Once millones de pólizas

    Para superar este entumecimiento en las relaciones entre los actores debemos insistir en la creación de una gran mesa de diálogo, con la supervisión de la OMC y de los organismos públicos reguladores, donde los actores reconozcan su independencia y respeten  la soberanía del otro, sin invadirlo ni dominarlo. Un nuevo patrón que debe respetar por encima de todo la relación Médico-Paciente, sometida a las normas de transparencia y de buenas prácticas. Esta es la solución. De no ser así, se producirá el abandono masivo de los cuadros médicos y el pago directo del paciente con posterior reembolso de gastos por parte de la compañía, con cientos de miles de reclamaciones en la Dirección General de seguros y en la autoridad de consumo, que acabarán en miles de procedimientos monitorios en los juzgados.

    Las demandas de los asegurados como consecuencia de la ruptura de relaciones de sus médicos con sus compañías vendrán por la vía de que los pacientes paguen los honorarios médicos y luego reclamen su reintegro a las aseguradoras. En fin, un tsunami de 11 millones de pólizas de seguros de salud que se avecinan para reclamar Justicia.

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