• El vapeo duplica las posibilidades de infarto

    La Fundación Española del Corazón (FEC) apoya el informe ‘Cigarrillos electrónicos: una nueva amenaza para la salud cardiovascular’, elaborado por la World Heart Federation (WHF), en el que pide a los gobiernos una regulación más estricta y una mayor supervisión de las estrategias de marketing y ventas de estos dispositivos, en un intento decidido de poner freno a esta nueva forma de consumo de tabaco, especialmente entre la población joven.

    El vapeo aumenta le ritmo cardiaco y la presión arterial

    De hecho, la WHF asegura en su informe que los consumidores de cigarrillos electrónicos tienen casi el doble de probabilidades de sufrir un infarto que los no fumadores. También se sabe que el vapeo aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial y provoca latidos cardiacos irregulares, problemas vasculares y un posible incremento del riesgo de coágulos sanguíneos.

    La nicotina es una sustancia tóxica y altamente adictiva que se encuentra no solo en los cigarrillos convencionales sino también en los electrónicos.

    Muchos fumadores de estos dispositivos desarrollan dependencia a la nicotina, una sustancia que puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína y especialmente peligrosa en mujeres embarazadas, niños y adolescentes.

    Precisamente el documento de la WHF pide campañas más agresivas enfocadas al público joven porque los consumidores de cigarrillos electrónicos, especialmente los adolescentes, tienen más probabilidades de fumar tabaco.

    Seis consejos

    El informe recomienda a los gobiernos llevar a cabo una serie de acciones específicas entre las que se encuentran:

    • Prohibir su venta y distribución a menores.
    • No permitir el uso de sustancias aromatizantes, especialmente aquellas que atraen a los menores.
    • Llevar a cabo más estudios sobre sus efectos a largo plazo en materia de salud cardiovascular.
    • Aplicarles impuestos especiales.
    • Prohibir su comercialización, publicidad y afirmaciones engañosas.
    • Impedir su uso en aquellos lugares donde no se puede fumar.

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    No hay cigarrillo bueno

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