• El cáncer choca con las listas de espera del Sescam

    La albaceteña María del Pilar Martín se enfrenta a un cáncer de mama diagnosticado desde el 5 de septiembre, pero, después de reclamar y pelear, no tiene fecha de cirugía hasta el 16 de enero, lo que la convierte en una nueva víctima de las listas de espera del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). Y es que 2023 se despide con la misma situación que había en 2022, con pacientes con patologías graves impotentes ante el sistema.

    María del Pilar Martín se enfrenta a un cáncer de mama desde septiembre, lo que la convierte en otra víctima de las listas de espera.

    Es el día a día de Carolina, Pilar, Mercedes o Juan. Numerosos pacientes comparten en los pasillos, entre las consultas de Hematología y Oncología o en el Hospital de Día, cómo los retrasos en las pruebas diagnósticas y en cirugía los dejan fuera de juego en su lucha contra el cáncer. Es el caso de Carolina, otra paciente albaceteña que ha visto retrasada un mes su consulta de control porque no estaba la resonancia, aunque se trata de una prueba que solicitó en junio para garantizar que estuviese hecha de cara a la consulta de diciembre.

    Los pacientes aseguran que los cirujanos les dicen impotentes que no tienen quirófanos, que ya no saben qué hacer. La misma situación se da en Oncología cuando falta la resonancia. De hecho, se están derivando pacientes a los hospitales comarcales con el fin de aligerar la lista de espera de las pruebas diagnósticas, pero este paso, como las derivaciones a la sanidad privada, no es suficiente.

    Cuatro meses sin tratamiento

    María Pilar Martín está preocupada y enfadada, porque hasta que no entre en el quirófano el 16 de enero y analicen su ganglio centinela está sin tratamiento. Desde que confirmaron su diagnóstico el 5 de septiembre, ve pasar los días sin saber si necesitará quimioterapia, radioterapia, un tratamiento hormonal o los tres. Va a ver pasar cuatro meses sabiendo que tiene un cáncer y sin tratarlo.

    Carolina, a la que miran con lupa en cada revisión por el riesgo de recaída, pasará la Navidad sin saber si todo sigue bajo control. Y es que, al no tener la resonancia a tiempo, su consulta de Oncología se ha tenido que retrasar un mes.

    Estas situaciones se repiten en masculino y en femenino, con todo tipo de cánceres, evidenciando que la sanidad necesita un plan de choque.

    Un comentario

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      Otro punto de vista.
      ¿Y SI LA COLISIÓN FUERA CONTRA EL PROPIO” APARATO ADMINISTRATIVO”?
      Vaya por delante mi solidaridad y apoyo a esta y otros pacientes a los que nuestra administración sanitaria les falta el respeto y les niega algo a lo que tienen derecho. Este es el único motivo que me mueve a realizar este comentario.
      Cuesta creer que desde el propio Sescam no se apresuren a desmentir “informaciones” de este tipo, pues lo único que persiguen es engañar a la sociedad y aniquilar la sanidad pública en beneficio, bien de los negocios sanitarios privados y/o bien, de rancios intereses corporativos de los médicos. Trato de explicar los términos empleados.
      Hay que ser ruines y cretinos para decir a un paciente que no se le atiende porque “no tienen quirófanos”, como se afirma en el texto precedente. El 30 de octubre pasado un servidor dirigió una carta al consejero de sanidad pidiéndole explicaciones de porque se decía a los pacientes pendientes de realizarse una cirugía en el Hospital de Toledo que esta se demoraría por falta de anestesistas. Es más le informaba de aspectos en el ejercicio de los “anestesiólogos”, como gustan autodenominarse, difíciles de entender, como sus dispares formas de rendimiento entre la mañana (en el ámbito público) y la tarde (en los chiringuitos sanitarios referidos de índole privado). Si alguien tiene interés en conocer tal escrito que, por supuesto, no ha tenido respuesta alguna, no tengo ningún problema en reproducirlo aquí.
      Desearía preguntar a esos “cirujanos impotentes” que se mencionan, porque su rendimiento ha bajado tanto en los últimos años, llegando a colapsar nuestra sanidad de artificiales listas de espera quirúrgicas. ¿Acaso a estos “cirujanólogos” -este término me lo acabo de inventar- , les pasará lo mismo que a los anestesiólogos señalados?
      ¿Y si en lugar de hablar de falta de resonancias o de “retrasos en las pruebas diagnósticas”, hablamos de una utilización racional y controlada de estos, y otros, recursos sanitarios? A estas alturas, ¿hay alguien que no entienda que la mal llamada “sanidad privada”, para mi, sucio negocio sanitario, se fomenta y potencia desde la propia sanidad pública?
      El último apartado de la noticia, o publi-reportaje, anterior (tengo serias dudas entre lo uno y lo otro), es un dramático despliegue galénico: “Cuatro meses sin tratamiento”. Desde luego, el que no se conforma es porque no quiere. Se de alguien que esta a la espera del informe de una exploración digestiva realizada en junio.
      Más les valdría explicar a los ciudadanos cómo una sanidad con una ratio de médicos por habitante, entre las mejores del ámbito occidental, puede prestar unos servicios médicos tan deficientes y tercermundistas. Permítanme distinguir entre “servicios sanitarios” y “servicios médicos”, pues los considero conceptos muy diferentes.
      Finalmente, no quiero que nadie se equivoque al enjuiciar mis puntos de vista, más o menos acertados, por supuesto. Quiero que tengan claro que no me identifico con ninguna ralea política o sindical.

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