• A vueltas con los edulcorantes

    El Autor

    Francisco Botella Romero

    Médico especialista en Endocrinología y Nutrición

    Recientemente, la prestigiosa revista Nature Medicine ha publicado un artículo sobre los efectos del eritritol (un edulcorante artificial, habitual en muchos alimentos “sin azúcar” consumidos habitualmente en España), asociando su consumo en exceso con una mayor incidencia de diversos problemas cardiovasculares.

    Análisis del Dr Francisco Botella, especialista en Endocrinología y Nutrición, sobre la nueva polémica en torno a los edulcorantes.

    Se trata de un estudio restrospectivo sobre muestras de sangre obtenidas de un estudio previo, en una cohorte de personas de las que se guardaron muestras en un biobanco. Es importante señalar, como en otros estudios de este tipo, que esta asociación no significa una relación causa-efecto, simplemente es una hipótesis que habría que confirmar en estudios prospectivos bien diseñados.

    Cada vez que aparece un trabajo cuestionando la conveniencia del uso, o no uso, de sustitutos del azúcar surge el tema de si los edulcorantes son una alternativa saludable al azúcar tradicional. Por lo que respecta a la presencia de caries, o para evitar picos glucémicos en pacientes diabéticos, la respuesta es claramente afirmativa.

    Otros aspectos, como su utilidad para adelgazar, o los afectos a largo plazo sobre la patología cardiovascular, son objeto de debate y los resultados en los estudios realizados no ofrecen datos muy esperanzadores.

    Excepciones

    No obstante, todos los edulcorantes autorizados (letra E seguida de un número de tres cifras) por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) son seguros a las dosis recomendadas y no hay ninguno que debamos descartar de forma categórica, con la excepción del aspartamo en las personas que padecen fenilcetonuria y el extracto “natural” de estevia en personas en tratamiento antihipertensivo.

    Otro aspecto distinto es la falsa creencia de que los edulcorantes pueden crear adicción. Lo que crea adicción es el sabor dulce. En algunos estudios de experimentación con ratones, el poder adictivo del sabor dulce fue superior al de la cocaína.

    ¿Qué formas de endulzar los alimentos de forma saludable existen?

    Se habla de pasta de dátil, plátano…; sin embargo, la pasta de dátil, o cualquier alimento triturado que contenga azúcares, como el puré de frutas o el zumo, pierde el efecto beneficioso que suponen los azúcares intrínsecos del alimento sin triturar y presentan un índice glucémico muy similar al de los azúcares añadidos. De saludables, tienen poco.

    Cuanto menos azúcar, mejor

    Realmente, si nos preguntamos ¿cúal es la cantidad recomendada de azúcar que deberíamos ingerir al día, la respuesta es muy clara: la menor cantidad posible. La OMS indica 25 g/d como objetivo. Actualmente consumimos, como promedio, bastante más del doble. Existen alimentos-trampa que llevan una buena cantidad de azúcar. El kétchup, muchos productos “gluten-free”, o algunos lácteos especialmente dirigidos al público infantil, son buenos ejemplos.

    Recomiendo visitar la página web: www.sinazucar.org, que está muy bien documentada al respecto. Así mismo, no debemos creer que existen “azúcares saludables”: panela, miel, azúcar moreno integral, de coco, etc. Todos son azúcar. La única diferencia, aparte de los aspectos gastronómicos o medioambientales, es su precio. En ningún caso pueden considerarse saludables.

    ¿Existe algún truco para acostumbrar nuestro paladar a comer sin azúcar?

    Para tomar café, infusiones, etc; podemos probar a usar edulcorantes artificiales acalóricos (sacarina, aspartamo, estevita, etc), reduciendo la cantidad poco a poco hasta conseguir eliminarlos en un plazo de 3-4 semanas. Para su uso en la cocina, quizás probar con cebolla o zanahoria rehogadas en las salsas (por ejemplo, en el tomate frito). Cuando se trata de repostería, el resultado gastronómico es malo, por lo que recomendamos un consumo muy ocasional de estos alimentos, en su preparación convencional, con una ración pequeña y sin sentimiento de culpa.

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