• Juzgar a la diabetes

    El Autor

    Juan Antonio González Ochoa

    Maestro y periodista

    Hace poco más de 19 años, después de días enfermo, entraba cabizbajo en la consulta del endocrino. Jamás había oído hablar de esta especialidad médica, pero unos síntomas bastante repentinos y llamativos hicieron que mi médico de familia me derivara para su supervisión. Aquel día, sin saberlo, iba a cambiar mi vida para siempre. Unos minutos después, el doctor me diagnosticaba Diabetes Mellitus Tipo 1.

    ¿Diabetes?, pero, ¿de la mala?, ¿y te pinchas?, pues no se te nota, ¿y comes pasteles? Mejor no juzgar a la diabetes.

    Un mar de dudas

    El mazazo fue grande, los pinchazos de insulina iban a ser rutina obligada en mi nuevo día a día. Recuerdo perfectamente las dudas, ¿podré salir a comer fuera?, ¿y la actividad física?, ¿qué pasará por las noches?, ¿podré dormir sin miedo a una hipoglucemia (bajón de azúcar)?, ¿sabrá la gente ayudarme si lo necesito? … eran multitud las inquietudes y todas las respuestas eran poco claras.

    La ansiedad se unió a una ya de por sí débil salud física en el momento del diagnóstico.

    ¿Y te pinchas? ¿Y comes pasteles?

    Casi dos décadas después, la diabetes es una parte más de mí, mi vida no gira entorno a ella sino que es ella la que se adapta a mi vida. No suelo decir que tengo diabetes a no ser que surja de manera espontánea, es gracioso ver las reacciones de la gente: “pero, ¿de la mala?”, “¿y te pinchas?, pues no se te nota”, “¿y comes pasteles? si no puedes”. Entonces te das cuenta de todo lo que queda por hacer en divulgación. Los diabéticos, con un buen control de la enfermedad, como es mi caso, somos personas sanas y llevamos una vida totalmente normal. Podemos hacer de todo.

    ¿Sabían que Christian López, el español con más record Guinnes, es diabético? Soy afortunado de poder decir que, cumplida ya la mayoría de edad de mi diabetes, no tengo ninguna secuela y el control de mi enfermedad es óptimo.

    Deporte, alimentación y múltiples avances

    ¿Diabetes?, pero, ¿de la mala?, ¿y te pinchas?, pues no se te nota, ¿y comes pasteles? Mejor no juzgar a la diabetes.

    El deporte y la alimentación son esenciales para conseguir un buen control. No obstante, los avances tecnológicos han ayudado mucho: las nuevas insulinas de 24h, los sensores continuos de glucosa, las bombas de insulina… nos dan una libertad que antes era impensable.

    Por eso, si alguna vez ven una persona con diabetes comiéndose un pastel, o bebiéndose un refresco azucarado, nunca le digan que “no puede”. Quizás tiene un bajón de azúcar, quizás lo va a quemar haciendo deporte o quizás lo hace simplemente porque le apetece y se pone un extra de insulina.

    Hay muchas formas de ayudar

    Sentirme juzgado siempre ha sido una de las peores sensaciones de mi condición de diabético, por eso hoy, con motivo del Día Mundial de la Diabetes, me gustaría pedir que no se nos juzgue. Hay muchas formas de ayudar: preguntar, informarse, acompañar, escuchar… créanme que el reproche no es una de ellas. Las enfermedades crónicas como la diabetes son una mochila que pesa, y  entre todos, con nuestras palabras y con nuestros actos, podemos quitarle un poco de carga.

    Hemeroteca

    Un comentario

    1. Gonzalo Hermida ” La ciudad intermitente ” La letra ❤

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