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Se llama Lourdes Urbistondo Cascales y ha dedicado más de tres décadas de su vida a velar por la salud de los más pequeños, convirtiéndose, sin necesidad de bata blanca, en el ángel de las siete escuelas infantiles del Ayuntamiento de Albacete. Desde los cuatro meses hasta los tres años, esta médica protege a más de 450 niños que cuando lleguen al colegio perderán la tan demandada figura sanitaria en las aulas.
La Dra Lourdes Urbistondo ha dedicado más de tres décadas de su vida a velar por la salud de los más pequeños en las escuelas infantiles de Albacete
Las familias dejan a los niños en las escuelas infantiles de Albacete con la tranquilidad de que la Dra Lourdes Urbistondo está toda la mañana localizada. Cada día visita uno de los centros, pero está preparada para desplazarse allí donde sea necesaria. Así están bajo control desde un ataque de asma hasta una reacción alérgica, pero la labor de esta médica va más allá, ya que su trabajo se centra también en la prevención. Además, cuida de los niños que llegan derivados de Atención Temprana.
Conoce a todos los padres y con ellos trabaja desde la higiene hasta la alimentación, con el fin de que en los hogares no se abuse de los procesados, la bollería industrial o los zumos envasados. También se repasa el calendario vacunal, aunque en este apartado todas familias siguen al pie de la letra cada recomendación de su pediatra y enfermera.
La peor época llega cuando empieza el curso y los niños comienzan a compartir los mocos y virus. Tampoco dan tregua el invierno y los primeros fríos, pero aquí la Dra Lourdes Urbistondo, padres, madres y trabajadoras de las escuelas hacen equipo para evitar los contagios y llevar a los niños a casa con los primeros síntomas. “Si lo coge uno, se lo llevan todos”, reconoce esta especialista.
Un apoyo que se pierde en el colegio
En opinión de la Dra Urbistondo, la presencia del personal sanitario en las aulas, como la reivindicada enfermera escolar, “siempre es interesante”. Y es que la prevención, la actuación ante casos de diabetes, ataques epilépticos o reacciones alérgicas tienen a un ‘ángel de la guarda’ en las escuelas infantiles que los niños pierden al pasar al colegio, donde el personal sanitario llega a cuentagotas.
¿Quién le iba a decir a esta granadina, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, que acabaría en Albacete cuidando de sus escuelas infantiles? Pero el destino quiso que su marido, Alberto Masegosa, recalara en tierras manchegas como jefe de servicio de Vascular. También la casualidad la llevó a cubrir una vacante y más tarde a sacar la plaza para un trabajo del que disfruta cada día.
De Granada a Albacete
Con 64 años, a esta médica le falta poco tiempo para jubilarse y regresar a su Granada natal, donde está su madre, pero aquí deja a un hijo traumatólogo y tanto grandes recuerdos como amigos.
Mientras tanto, disfrutará de cada día “en este reducto de paz que son las escuelas, donde tanto los niños como las familias son muy agradecidos”. Y es que si algo tiene claro esta médica es que le encanta trabajar con niños.
