• Los médicos de prisiones, al margen del Sescam

    Hace dos décadas que estos especialistas deberían pertenecer al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha

    Cada vez es más difícil encontrar médicos para las prisiones de Castilla-La Mancha, de ahí que los colegios de médicos insistan en que estos profesionales pasen a formar parte de la plantilla del Servicio de Salud (Sescam) como establece la Ley, y no del Ministerio del Interior, lo que, además, se traduciría en mejores condiciones laborales.

    Cada vez es más difícil encontrar médicos para las prisiones de Castilla-La Mancha y es que estos profesionales no pertenecen al Sescam.
    En Castilla-La Mancha hay prisiones en Albacete, Cuenca, Herrera de La Mancha, Alcázar de San Juan y Ocaña.

    “Hay un grave problema de asistencia a la población reclusa en los centros penitenciarios”

    Y es que los colegios recuerdan que los médicos de Sanidad Penitenciaria son los responsables de la atención sanitaria a los reclusos en las prisiones españolas, velando por su salud física y mental, incluida la prevención y educación en salud, así como del resto de funciones que les atribuye el Reglamento Penitenciario.

    Desde finales del año 2004, estos médicos tendrían que estar integrados en los correspondientes servicios autonómicos de salud, pero, en la actualidad, solo tres comunidades cumplen el mandato de la ley: País Vasco, Cataluña y Navarra.

    Este incumplimiento de la ley, como recuerdan los colegios de médicos, ha provocado una pérdida continua de profesionales “generando un grave problema de asistencia a la población reclusa en los centros penitenciarios”, como ya denunciara el Defensor del Pueblo. Falta de asistencia que afecta, no solo a la salud de los internos, con una alta prevalencia de enfermedades infectocontagiosas y trastornos mentales, sino también a la salud pública en general.

    Centros sin médicos

    En la actualidad, muchos centros penitenciarios carecen de médicos, con soluciones diversas, temporales e insuficientes por parte de la administración que, lejos de solucionar el problema lo agravan con la petición masiva de excedencias y jubilaciones (aproximadamente el 54% de los médicos en activo supera los 60 años) de los profesionales; y las convocatorias de plazas suelen fracasar por las condiciones de trabajo, el requisito de la especialidad en Medicina de Familia y Comunitaria o de Medicina Interna y la escasa remuneración.

    Esta situación desembocará, como ya es un hecho en determinadas demarcaciones territoriales, en la asunción de la asistencia sanitaria por los Centros de Salud más próximos a las prisiones, con un aumento de responsabilidad y una sobrecarga en el trabajo para los profesionales médicos de esos centros, que desconocen, además, las peculiaridades sanitarias y regimentales de esta atención en salud.

    La solución vendría dada por el cumplimiento de la ley, por lo que desde el Consejo General de Médicos (CGCOM) se insta a aquellas Comunidades Autónomas que no lo hayan hecho a cumplir con su responsabilidad legal, asumiendo las competencias que la ley marca, para conseguir una mejora de la atención sanitaria y de la salud de los reclusos a través del fortalecimiento de la sanidad penitenciaria.

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