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¿Cómo funcionan los riñones? ¿Por qué hay que cuidarlos? ¿Cuáles son las claves en un trasplante? ¿Qué son las nefronas?
Fueron los tóxicos pensamientos los que llevaron a Don Quijote a blandirse con gigantes, fue el veneno lo que terminó con el amor de Romeo. Todo el mundo sabe que debemos eliminar cualquier elemento que nos sea dañino, y por ello en nuestro cuerpo poseemos dos habichuelas con mayor potencial que las mágicas de Jack, los riñones.
Los riñones se encargan de filtrar la sangre del cuerpo como si fuera un tamiz con harina en tu postre favorito o ese escurridor antes de preparar la boloñesa cada martes. Va eliminando tóxicos e impurezas hasta producir la “agüita” del color de la cerveza.
Cuando estas legumbres fallan deberemos iniciar alguna estrategia para solucionarlo, pues es imposible la vida sin riñones. Lo más habitual es imitar su función con dispositivos artificiales, lo que se conoce como diálisis. Pero si España corona la gastronomía e Inglaterra la piratería, en el caso del tratamiento de la insuficiencia renal, el trasplante es el rey.
Todos sabemos que España es líder mundial en trasplantes, pero aun así solo es capaz de cubrir el 10% de la demanda existente. Por ello es muy importante buscar nuevas fuentes. Y no sólo eso, sino que tenemos que cuidar los ya implantados en los agradecidos pacientes.
Una cadena de vida
Pensemos en esa bandeja de sushi con salmón noruego que alegra un lunes gris de noviembre. Un señor de Oslo se embarcó en un pesquero atravesando tormentas y balísticas gotas de lluvia en sus mejillas, para pescar el enorme animal que dona una parte de su forma sobre el arroz de Calasparra. ¿De cuántos elementos depende que todo esto haya sido así?: El estado del barco, la disponibilidad de pescado, el trasporte que lo ha traído recorriendo miles de km…
Pues bien, eso he querido, analizar los trasplantes renales realizados en Albacete estos últimos 10 años; investigando sobre los elementos de todo el proceso de trasplante en busca de cuáles son los pilares maestros, y en cual de estos podemos apuntalar para conservar el templo con su color y lustre el mayor tiempo posible, que no es otra cosa que la vida del receptor del órgano.
Nefronas
Dentro de nuestro frijol tenemos un montón de pequeñas, pero complejas, fábricas de orina, un millón aproximadamente. Estas industrias se llaman nefronas y la función global renal dependerá de cuantas y cómo de bien funcionen. Para poder producir la orina tienen que filtrar litros y litros de sangre constantemente, tirar lo sobrante y mantener lo imprescindible. Su sistema de regulación es fino y preciso; seguramente todos hemos experimentado cómo alteramos este sistema al beber el néctar de Baco, recorriendo maratones con nuestras idas y venidas al baño.
El tiempo cuenta
Es muy importante ver el estado del riñón que vamos a implantar en una persona ya que diferentes enfermedades como la diabetes en el donante habrán dañado el órgano disminuyendo la cantidad y la calidad de las nefronas, ese polígono industrial del que se compone el riñón. Como ya he dicho el riñón depende de la sangre recibida para poder trabajar ya que esa es su función: “limpiarla”. Es por ello crucial controlar que pase el menor tiempo posible sin recibir la roja vida. Esto consiste en reducir el tiempo que sucede entre la extracción y el trasplante. Es bien sabido que el lince en cautividad se olvida de cazar…
Un riñón sano y un proceso rápido
La conclusión es evidente, pero al igual que se debe decir “te quiero” a una madre, no está de más reafirmarlo. Un donante sin enfermedades como la diabetes y un proceso quirúrgico rápido y eficiente son clave para el riñón donado y por ende, la nueva vida que acaba de comenzar.
- El médico Daniel Sánchez Villaescusa es uno de los finalistas de la tercera edición del certamen de divulgación ‘Cuéntame tu TFG’, que organizan la Unidad de Cultura Científica e Innovación de la UCLM (UCC+i) y Diario Sanitario.
