• “No querría que me escogieran por ser mujer”

    La médico Cristina Pérez Hortet se convertía en Toledo, con 41 años, en la jefa de servicio de Dermatología más joven del país en la sanidad pública. Tres años después, casada y con tres hijas, concilia vida familiar y laboral a base de restar horas de sueño, pero le compensa. Seis años de carrera, la preparación del MIR, cuatro años de residencia, la oposición, un máster y el tribunal de la jefatura. Su secreto para ascender, no entiende ni de género ni de sexo, se trata, simplemente, de esfuerzo y sacrificio.

    Cristina Pérez Hortet
    Pérez Hortet en su despacho del nuevo hospital de Toledo.

    Cristina Pérez Hortet fue la jefa de Dermatología más joven de España

    Desde hace tres años, la Dra Cristina Pérez Hortet no tiene horario, pero disfruta de cada minuto de su trabajo y de cada segundo con su familia. Se levanta a las seis de la mañana y a las once de la noche no se hace viva en el sofá. Asciende, en una cerrera de fondo, en el mundo de la Medicina, aquel por el que apostó hace más de dos décadas.

    Aún hoy no ha parado de estudiar, de trabajar, de esforzarse para que su equipo esté cada día más motivado y trabaje mejor. Y es que tiene claro que “no quiere que me escojan por ser mujer”, porque la clave para conseguir un puesto de responsabilidad está en el esfuerzo, en merecerlo, el hecho de ser hombre o mujer es una cuestión del siglo pasado.

    No obstante, esta dermatóloga reconoce que un puesto de responsabilidad como el suyo, con todo el Servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo a su cargo, requiere un sacrificio personal. Tiene tres hijas, de 13, 11 y 8 años a las que les ha restado tiempo, pero lo ha compensado aprovechando al máximo los fines de semana.

    Cristina Pérez Hortet tiene claro que la maternidad frena a muchísimas mujeres a la hora de asumir responsabilidades. De hecho, tiene compañeras que ni se plantearían el paso que ella ha dado. En estos casos, considera que se trata de una elección personal por la que en la actualidad ya no se juzga a ninguna mujer. Reconoce que no ha trabajado más en toda su vida, pero le gustan la gestión y el trabajo en equipo, tiene el apoyo de su familia y si retrocediera en el tiempo volvería a optar a la jefatura.

    Cristina Pérez Hortet

    Saber escuchar marca la diferencia

    Vital, cercana y entusiasta, esta médico de 44 años sí ve diferencias entre hombres y mujeres, ya que a ellas les atribuye mejores dotes de gestión, más facilidad para escuchar y organizar. En su caso, pregunta a cada uno de los profesionales de su servicio, escucha consejos, resuelve quejas, tiene una preocupación constante por mantener al equipo unido y mejorar cada día.

    En cualquier caso, se siente “feliz y realizada”. Y prueba de que su familia aprecia este balance es que dos de sus tres hijas tienen claro que serán médicos, sólo la mediana se debate entre Medicina y Veterinaria.

    La dermatóloga Cristina Pérez Hortet es una prueba más de que, cuando hay una meta, no hay hombres ni mujeres sino personas que se esfuerzan por alcanzarla. Hija de padres trabajadores, el apoyo familiar ha sido fundamental para circunstancias como el hecho de dar el pecho mientras se sacaba la oposición que aprobó en 2007.

    Esfuerzo para una carrera de fondo

    Estudió Medicina en la Autónoma de Madrid; se preparó el examen MIR en Oviedo y, con el número 558 escogió la residencia de Dermatología en Toledo porque ya no quedaban plazas en la capital de España. Sin embargo, hoy se alegra de aquel guiño del destino porque no dejaría Castilla-La Mancha por nada del mundo. Con 31 años tenía su plaza de médico especialista en Dermatología, con 41 años conseguía la jefatura y entre las breves bajas por maternidad aprobó un máster de gestión de dos años.

    Aún quedan barreras para la mujer en muchos contextos, pero no en el Servicio de Dermatología de Pérez Hortet. Como jefa, sólo pide en su equipo personas trabajadoras a las que valorará como siempre la han valorado a ella.

    • El porcentaje de feminización entre los residentes es máximo en el caso de Psicología (79,9%), para Farmacia es del 67,1%, Medicina tiene un 64,1%, le siguen Biología, con el 61,6%, Química, con el 57,7%, y por último Física presenta el menor grado de feminización con el 41,9%.

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