• Nuevo desafío al vértigo en ‘El Apedreado’

    Acercándonos a la primavera y, fieles a nuestra cita de los miércoles, volvemos al Apedreado, para mí “El Apedreao”, que es como se conoce popularmente esta Sierra en Casa de las Monjas, la aldea de mi familia materna, apenas a 6 kilómetros del punto geodésico que hoy culminaremos. Casi dos años de experiencia como andarín y la insistencia de mis compañeros de rutas sirven de aval para debutar hoy como cronista de estas escapadas, el nivel está alto, ¡que Dios reparta suerte! 

    Juan Antonio González Ochoa, andarín

    Alcanzamos el punto geodésico en una subida memorable

    Esta semana recoge El Bardo, y completan el equipo La Brújula, La Multimedia y La Public Relations, que últimamente está irreconocible y no se pierde ni una. Salimos de Albacete con una tarde de primavera anticipada, la despejada autovía Albacete-Murcia nos lleva hasta la salida de Pinilla donde nos desviamos para dejar el coche en la Casa del Puerto.

    Tras el pertinente cambio de calzado, iniciamos esta breve ruta, de apenas 5,5 km, pero tan dura como la anterior en esta zona. El sol y los 17 grados de temperatura pronto nos hacen despojarnos de las prendas de abrigo. Mientras, iniciamos la etapa llaneando entre pinos y restos de fuego.

    El incendio que en julio de 2021 asoló la zona se hace evidente a cada paso y se puede apreciar, sobre todo, en los restos de pinos quemados. Esto nos recuerda la importancia del trabajo de los profesionales de INFOCAM que se encargan de poner a raya el fuego cuando se desmadra y a los que desde estas líneas agradecemos su trabajo en este y en el resto de incendios.

    Arcuethobium

    Nos vamos acercando al pie de la Sierra cuando Terto avista un par de aves de cierta envergadura, pronto desaparecen dejando la impresión de que nuestra presencia no pasa desapercibida. Iniciamos la subida con otro aviso de Terto que nos llama ahora la atención sobre un pino muerto, esta vez no por el fuego, sino por la aparición de Arcuethobium, un tipo de parásito que destruye el árbol que infecta. A nuestro paso, los incipientes gamones nos vuelven a recordar que la primavera se acerca. Y así, entre lecciones de flora y fauna de los más experimentados del grupo, nos metemos de lleno en la subida hasta la cima.

    Una vez arriba y, tomado un respiro para ver las vistas y refrescarnos, giramos hacia la izquierda por la cresta en busca del punto geodésico. Apenas a unos metros de alcanzarlo, La Multimedia y La Public Relations deciden no jugarse el tipo y, no viendo claro el asunto, hacen honor a su nombre, una grabando a los audaces senderistas y la otra dándole al WhatsApp.

    Navajuelos

    El trío restante nos encaramamos en una grieta que, requiriendo la misma maña que fuerza, nos permite en un par de minutos plantarnos en el punto geodésico. Las vistas nos dejan absortos mientras adivinamos, de mayor a menor lejanía… Hellín, Fuente-Álamo, Ontur, Tobarra, Sierra y Casa de las Monjas. Enfrente, la Sierra de los Navajuelos, a la que Manuel promete llevarnos más pronto que tarde. Cada gota de sudor hasta aquí ha merecido la pena y nos regalamos unos minutos de paz para apreciar, una vez más, las maravillas que cada semana nos regala nuestra provincia.

    Tras el reencuentro con las andarinas, retomamos la bajada hacia el punto de partida, con esfuerzo y paciencia vamos superando metros, algunas sentando el culo y arrastrándose y otros dejándose las palmas de las manos en los pedruscos que sirven de apoyo. Antes de darnos cuenta los ladridos de un perro nos reciben de vuelta en el coche, La Multimedia corre a refugiarse hasta que se da cuenta que el perro está encerrado y no hay peligro. La temperatura ha bajado considerablemente y la calidez del coche nos reconforta hasta llegar a Pozo Cañada.

    Final feliz

    Con la ayuda de una vecina descubrimos La Tapería la Plaza. Su afable camarera nos ofrece una deliciosa ensaladilla mientras llega el cocinero. Luego probaremos la ensalada de salmón, los calamares y la oreja, sabrosas raciones en generosa cantidad. Todo ello acompañado de interesantes debates sobre La Cabo Roberto, y el ‘phubbing’ de La Public Relations, que nos hace reflexionar sobre la conveniencia de prohibir los móviles cuando nos sentemos a la mesa. Y así terminamos una jornada más, siempre agradecidos de poder disfrutar de la naturaleza y, aún mejor, de hacerlo en buena compañía.  

    ➡️Aquí puede consultar la ruta en Wikiloc

    ➡️ Tiene otras rutas en la sección ‘Senderismo’

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