• El Bonillo, una ‘nación’ para el senderismo

    Los andarines de Diario Sanitario, después de una ruta por Munera inolvidable, emprendemos otra por El Bonillo en la que comprobamos que, efectivamente, es una ‘nación’, pero sin fronteras, con vecinos de lo más hospitalarios que nos muestran desde el punto más alto del término hasta la gastronomía o su venerado Santísimo Cristo de Los Milagros.

    🥾Andarines: Rigoberto López, Manuel Martínez (guía), Cesárea Arnedo, Juan Antonio González, Memes Plaza, Alfonso Alfaro y Dolores Carcelén.

    • El punto más alto de El Bonillo, con una altitud de 1.102 metros, se llama Los Barreros.

    Si Munera y El Bonillo compitiesen por su hospitalidad, empatarían. De hecho, están tan cerca que se ven desde los balcones. Pero este frío y ventoso miércoles de diciembre nos ha tocado El Bonillo para nuestra sana afición al senderismo. Nuestra brújula, Manuel, propone llegar a Los Barreros, el punto más alto. Pero nada más aterrizar en el pueblo, nuestro psicólogo de cabecera, Terto, llama a Memes, enfermera en Munera, y Alfonso, veterinario en la zona de Higueruela, para que nos hagan de guías, mostrándonos las maravillas del pueblo en el que se han instalado.

    En esta ocasión, vamos siete andarines, se incorpora Cesi, que desde que trabaja en Pétrola no se le ve el pelo, y también llega entusiasmado Juan Antonio, porque El Bonillo fue su primer destino como maestro hace más años que dedos tiene en la mano. Aún recuerda la calle, a la vuelta de la iglesia, que llamaban el Callejón Matamaestros, por el biruji que corría.

    Diez kilómetros de ruta

    Finalmente, partimos del parque de El Bonillo para una ruta circular de algo más de diez kilómetros. Disfrutamos de los olores del campo, las carrascas y las huellas de las navas que, en años de lluvia y nieve, se llenan de agua y flamencos. Caminamos a buen ritmo, porque se nos va la luz por momentos, mientras planeamos regresar, ya que queda mucha ruta por hacer en esta nación llamada El Bonillo.

    Entre zancada y zancada, interrogamos a Memes sobre la quesería de su familia, porque los andarines somos admiradores de los quesos de los Hermanos Plaza. Nos explica que el secreto está en que las 1.500 ovejas pastan mañana y tarde. Se nos acumula el trabajo, porque también nos quedamos con ganas de visitar el obrador.

    La plaza, la iglesia y el Santísimo Cristo de los Milagros

    Con la mirada perdida en los tonos rosas de la caída del sol, la llanura interminable, el verde de la siembra y un paisaje que relaja con solo mirarlo, acabamos casi sin darnos cuenta en la Plaza de El Bonillo, después de quedarnos con la boca abierta por la majestuosidad de su iglesia, el órgano y el Santísimo Cristo de Los Milagros, no sin prometernos regresar para admirar el cuadro de El Greco. Tampoco podíamos dejar de visitar el Casino en lo que acabó pareciendo un viaje en el tiempo.

    Final feliz

    Y por si le faltara algo a una tarde de paseo en El Bonillo, que si en la carretera una pintada reza que es nación será por algo, acabamos casa de Memes y Alfonso. Incluso nos dio tiempo a visitar el supermercado, donde Yolanda nos dio lo mejor de lo mejor para la cena.

    Setas, croquetas caseras de Memes, queso, embutido y dulces para rematar una jornada que no será la última por estas tierras. Por cierto, si en Pozo Cañada, después de la ruta de Los Donceles, descubrimos la tortilla erótica de Llanos, nos faltan apelativos para las croquetas de perdiz de casa de Memes y Alfonso. Volveremos a la nueva tierra de Tesé, nuestro futuro andarín, no sin antes llamar a Luis, otro amigo que se nos ha quedado pendiente.

    📍 Aquí puede consultar la ruta de El Bonillo

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