Hace un cuarto de siglo, el científico valenciano Juan Llopis Borrás dejaba la Universidad de California para poner en marcha la asignatura de Fisiología en la recién nacida Facultad de Medicina de Albacete, recalaba, movido por su afán investigador, en una ciudad de La Mancha que no había pisado nunca. Ahora, 25 años después, a los 62 años, estrena un más que merecido sillón en la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha.
Llopis entra en la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha para defender la investigación básica
El catedrático Juan Llopis ya tiene un nombre en la historia de la investigación básica, parcela que defenderá desde su sillón en la Real Academia, a la que ha entrado con un discurso sobre la proteína fluorescente verde, un color de ciencia ficción para los legos en la materia que, sin embargo, se utiliza en todos los laboratorios. Se trata de un marcador para saber dónde hay más proteínas y cómo funcionan.
Y es que como la investigación básica es la que no da grandes titulares, la que transcurre en el anonimato de un laboratorio, pocos saben que este científico, desde su pequeño Albacete, estudia el origen de patologías cardiacas tomando como modelo el pez cebra. Tampoco es sabido que este modelo animal tiene una frecuencia cardiaca más parecida al humano que el del ratón, de ahí su importancia. Si un ratón tiene entre 500 y 600 latidos por minuto, el corazón del pez cebra se queda en los 120.
Pero, ¿cómo retiene Albacete un talento como el de Juan Llopis durante 25 años? Pues el caso es que reconoce que nunca se ha planteado irse. Después de estudiar Medicina en Valencia; acabar la tesis en Suecia, en el Instituto Karolinska, y seguir su carrera investigadora en la Universidad de California, en San Diego, Juan Llopis vio en Albacete la oportunidad de dar clase e investigar cerca de casa.
La Anatomía es al cirujano lo que la Fisiología a la Medicina Interna
Tampoco es normal que un médico no acabe ejerciendo. Juan Llopis llegó a la facultad con vocación, la que le contagió un amigo de su padre, Juan Gómez Gil, que era pediatra, sin embargo, en cuarto de carrera, el catedrático de Fisiología, José Viña Ribes, le descubrió un mundo nuevo, el que daba respuesta a cómo funciona cada parte del cuerpo. De hecho, la Anatomía es al cirujano lo que la Fisiología a la Medicina Interna.
El padre de la Fisiología en la Universidad de Castilla-La Mancha ha estado a la órdenes del Premio Nobel de Química Roger Tsien y ha dedicado media vida a investigar los flujos de calcio, así como a formar a las nuevas generaciones de médicos. Ahora, tiene una nueva misión desde la Real Academia de Medicina, defender la investigación básica.
Académicos
- Presidente: Pedro Tárraga. Medalla con el número 1.
- Sección Ciencias Médicas:
- Medalla número 2: Juan Solera.
- Número 3: Miguel Ángel Barba Romero.
- Número 4: Julio Antonio Carbayo Herencia.
- Académico número 5: Francisco Feo Brito.
- Medalla con el número 6: Luis Rodríguez Padial.
- Número 8: Jesús Eugenio Millán Núñez-Cortes.
- Medalla con el número 9: Julia Vaamonde Gamo.
- Sección Ciencias Quirúrgicas:
- Medalla número 15: Pedro Zorrilla Ribot.
- Medalla número 16: Esteban González Mirasol.
- Número 18: Roberto de la Plaza Llamas.
- Medalla 19: Soledad Fernández Córdoba.
- Número 20: Pedro Cascales Sánchez.
- Medalla número 21: Francisco Javier Redondo Calvo.
- Medalla con el número 23: Julio Antonio Virseda Rodríguez.
- Sección Ciencias Fundamentales:
- Medalla número 27: José Manuel Juiz Gómez.
- Medalla 28: Vicente José Anastasio Martínez Vizcaíno.
- Número 29: Tomás Segura Martín.
- Medalla 31: Cristina Romero.
- Medalla con el número 30: Juan Francisco Llopis Borrás.
- Sección de Ciencias Afines:
- Medalla número 32: José Julián Garde López-Brea.
- Número 33: Llanos Palop Herreros.
- Medalla 34: Mairena Martín López.
- Número 35: Rafael Luján.